Buscar
Cerrar este cuadro de búsqueda.
Logo de Melilla hoy

Carta del editor

La rendición de Breda y la llegada de un nuevo ciclo

melillahoy.cibeles.net fotos 1767 03 ilustraciA n Carta del Editor

La rendición de Breda es un cuadro pintado por el excelso Diego Velázquez entre los años 1634 y 1635, un lienzo que se exhibe en el Museo del Prado desde 1819. El asedio de la ciudad flamenca de Breda tuvo lugar en 1625 y la rendición de la ciudad fue el acto final de una de las más famosas victorias del general Ambrosio Spínola y de España (no de Cataluña, ni del País Vasco, ni de Aragón, ni de Galicia, ni de Andalucía, ni de ninguna de esas "nacionalidades" en las que quieren ahora trocear la vieja España podemitas, comunistas e independentistas varios), un episodio importante durante el transcurso de la Guerra europea de los Treinte Años y de la Guerra de los Ochenta Años (nada menos) en Flandes. Justino de Nassau, gobernador de Breda, se rindió en junio de 1625. Diego Velázquez, con su celebérrimo cuadro, inmortalizó ese momento.
La rendición del PPL al PP probablemente quedará inmortalizada por una foto que publicó MELILLA HOY el pasado martes, 15 de noviembre de 2016, en la que aparecen Juan José Imbroda, líder sobreviviente del PP sobrevivido, y otro Velázquez, Ignacio en este caso, líder (hasta el día anterior) del fenecido PPL. En vez de las lanzas, como en Breda, Velázquez le entrega a Imbroda, en la sede del PP, el acta de disolución/defunción del partido que él creó hace cinco años. Velázquez, en su línea habitual, declaró, tras la rendición pactada: "No hay nada de lo que arrepentirse. Son cosas que ocurren". Imbroda, también en su línea, dijo: "Aquí no estamos haciendo borrón y cuenta nueva. Eso es imposible", y añadió el acertado comentario de que no tiene sentido tanta dispersión del centro derecha. Imbroda concluyó que "desestabilizar" es malo, y que, en lo que se refiere a la acordada integración de 60 miembros del PPL -entre los que seguro que hay, como en cualquier colectivo, personas valiosas, otras no tanto y algunas nada- en los más de 1.000 afiliados del PP melillense eso implica, en su opinión, "un día de alegría y de volver a nuestros orígenes".

Si Ignacio Velázquez hubiera declarado que "él" no se arrepentía de lo que "él" había organizado y del inmenso daño que hizo a Melilla y a muchos melillenses, hubiera dicho la verdad. Pero como lo que ha dicho fue "no hay nada de lo que arrepentirse", eso es absolutamente falso, porque hay "mucho" de lo que arrepentirse, y tiene razón Imbroda cuando decía que no estamos haciendo borrón y cuenta nueva, porque eso es imposible, como bien sabemos Imbroda, Velázquez y yo, además de miles de militantes del PP y otros varios miles de melillenses que, por distintas razones administrativas, políticas y legales, han padecido lo indecible debido a las incontroladas ansias de revancha política de un egocéntrico encantador de serpientes y de algunos de sus siniestros, inútiles y mal elegidos colaboradores.

Es más que probable que si el PP local hubiera obtenido en las últimas elecciones trece escaños, en lugar de doce, ni la hija de Velázquez sería consejera, ni el PPL -que quizá no se habría disuelto- habría ingresado en el PP. Pero eso es ciencia ficción, y se podría admitir que bien está lo que bien termina, aunque asegurar que la entrega, en la sede del PP, del acta de disolución del PPL significó "un día de alegría" es mucho asegurar o, como diría un castizo, es demasiado para el cuerpo. Tragarse un sapo puede ser conveniente en ciertas circunstancias, y ya sabemos que la política es el arte de lo posible, pero que encima hayas de hacer creer que te gusta el sapo y te alegra comerlo -dicho sea (lo de sapo) en términos hiperbólicos- es exagerado, es, efectivamente, demasiado para el cuerpo.

Decía antes que la política es -o debería ser- el arte de lo posible. Añado que la filosofía política -que debiera ser el fundamento de toda política- es el arte de hacer posible lo que parece imposible. Imposible parece poder evitar que Melilla termine hundiéndose, tras un largo proceso de judicialización de la política y de la consiguiente inflación administrativa paralizante. Pero a lo mejor, cambiando, aplicando una nueva filosofía política, logramos hacer políticamente posible lo que hoy en Melilla parece imposible. Unir fuerzas es un buen paso en ese sentido, ciertamente, pero no para seguir haciendo lo mismo, ni para repetir los mismos errores, sino para cambiar, para desarrollar Melilla, y su entorno rifeño, de verdad y de una vez.

Asistí el jueves a una brillante conferencia en el Hotel Wellington de Madrid, del profesor Florentino Portero, sobre "La crisis de la Unión Europea". Florentino, que conoce muy bien Melilla, resaltó, entre los problemas de la UE, la crisis demográfica europea (crecimiento negativo), reflejo de "una sociedad que no tiene interés de pervivir, que no cree en nuestro futuro, dominada por un yo pesimista" (esa es la situación de la sociedad melillense, dicho sea de paso). También afirmó Florentino, que es un experto en relaciones internacionales, que el futuro europeo, y el español muy especialmente, depende del Magreb y en este campo concidió conmigo en que Melilla (una ciudad europea enclavada en el Rif) puede, y yo añadiria que hasta debe, jugar un papel positivo muy importante. Un papel que ahora no juega y para el que, insisto, me parece fundamental, imprescindible, la sociedad privada para el desarrollo de Melilla y su entorno de la que hablé en una de mis Cartas.

Florentino Portero, al que invité a venir a Melilla y pronunciar una conferencia, y que vendrá pronto, terminó su charla sobre la crisis de la UE resumindo que "el edificio, la Unión Europea, se está moviendo, y la gente no se encuentra cómoda en un edificio que se tambalea; hay que reinventar Europa, porque estamos en un cambio de ciclo, en una nueva época". Eso es, también, una descripción exacta de lo que sucede con Melilla. Tenemos que reinvertarnos y o cambiamos, mucho y pronto, o el edificio se derrumbará (véase, a título de ejemplo, lo que está pasando en la Sanidad local o en la administración pública de la CAM).

Loading

Más información

Scroll al inicio

¿Todavía no eres Premium?

Disfruta de todas
las ventajas de ser
Premium por 1€