Los presidentes de Melilla y Ceuta, Juan José Imbroda y Juan Jesús Vivas, respectivamente, han apelado a la “solidaridad e igualdad” a la hora de realizar la reforma de la financiación autonómica y pidieron al Gobierno que se tengan en cuenta “las realidades socioeconómicas singulares” que tienen las dos ciudades autónomas, como la densidad de población, la escasez de recursos naturales o la presión migratoria en la valla y los pasos fronterizos. Ambos presidentes se reunieron ayer en Málaga para abordar, entre otros, este asunto, respecto del que Vivas explicó que las dos ciudades tiene “un conjunto de factores que condicionan la capacidad de prestar unos servicios públicos de calidad equiparables a los del resto de España y unos condicionantes para el desarrollo económico y la creación de empleo que no tienen parangón, no en el resto de España ni en Europa”.
Así, señaló que tienen “la circunstancia de ser las dos únicas fronteras terrestres de Europa en África, con lo que ello conlleva”, además de ser extrapeninsulares y tener una “altísima densidad de población” y “escasez” de recursos naturales; “una serie de factores, de condicionantes, de dificultades que exigen que por parte de los poderes públicos del Estado haya un plus de esfuerzo adicional”.
Eso, apuntó, se manifiesta a través de los Presupuestos Generales del Estado (PGE) y de las dotaciones que se reciben, pero “en el ámbito autonómico también se tiene que manifestar y la herramienta es la financiación autonómica”. Al respecto, indicó que ambos presidentes han acordado intercambiar datos para “ir con una voz única y común a esa negociación que ha anunciado el Gobierno con las autonomías”.
“Fotografiar” los Presupuestos
Este trabajo, explicó Vivas, consiste en determinar “qué son servicios locales, cuáles autonómicos y cuáles forman parte de la acción concertada con el Estado” y, una vez esto, “saber qué está financiando qué”. Una “fotografía” que pretenden tener realizada en unos 15 días.
El presidente ceutí dijo que con esto se pretende “consolidar lo que ya recibimos del Estado” para distintos aspectos como la Educación, los servicios sociales y el Empleo, además de “atender los déficit en los servicios autonómicos y resarcir el esfuerzo adicional que las ciudades realizan en el ámbito de los concertados”.
Mostró su confianza en tener esa “solidaridad”, porque la revisión de la reforma autonómica “va a estar pilotada por un Gobierno muy sensible a ello”, pero espera también que “esa sensibilidad más que demostrada encuentre la comprensión de otras formaciones políticas”.
Por otro lado, dijo que los dos presidentes consideran que “es el momento de retomar” los proyectos “para que esta legislatura sea la que las dos fronteras estén dotadas de las infraestructuras en cuanto a obras, de los medios tecnológicos que permitan que el paso fronterizo sea el que se corresponde con una de las puertas de Europa en África, y también de los medios humanos que requieran ese tráfico fluido que garantice la seguridad”.
Por su parte, el presidente de Melilla también se refirió a la densidad de población, a lo que, dijo, “hay que sumar una frontera, la escasez de recursos naturales y una presión inmigratoria potente”, con lo que incidió en que “la situación siempre es delicada”. Así, apuntó además al “elevado coste social” derivado de la inmigración.
Soluciones al problema de los menores inmigrantes
Imbroda se refirió a los menores no acompañados que llegan, que en Melilla son más de 560, y pidió que se haga cumplir el acuerdo con Marruecos en el que se admite la repatriación de los menores que han entrado irregularmente porque “la efectividad del mismo no se ha llevado a efecto”.
“Se nos ha desbordado el problema en ambas ciudades”, afirmó Imbroda al recordar que el Estado financia una quinta parte de lo que cuesta atender a los menores inmigrantes. “O Marruecos se hace cargo o España tiene que ayudar para ser enviados a centros de la península”, señaló.
