Hace escasas horas moría a los 90 años uno de los personajes históricos más controvertidos del siglo XX, Fidel Castro Ruz. En Agosto de 2015 asistía personalmente a la reapertura en La Habana de la Embajada de los Estados Unidos de América, después de 5 décadas de enfrentamientos verbales y de repartos de papeles guerreros por ambos lados. El último capítulo del teatro de ambos países concluía. Mantuvieron sus edificios, residencias y el mayor número de diplomáticos de todas las embajadas del mundo, exceptuando la de la URSS, en plena Guerra Fría. De enemigos acérrimos de cara a la opinión pública nacional, básicamente, e internacional, en las cloacas del poder eran unos amigos incomprendidos que, de vez en cuando intercambiaban espías, o recibían visitas que agasajaban mutuamente. Los tertulianos cubanos de la televisión se les acabó el tema de conversación. Estados Unidos no existe para la opinión pública cubana.
Enemigos ficticios
En Noviembre 1997 llegaba a la capital de Cuba el todopoderoso empresario , dueño del imperio periodístico de la CNN y brazo armado informativo del imperialismo americano , Robert Edward Turner, más conocido como Ted Turner, acompañado de su esposa Jane Fonda. Se alojaron en la suite Castellana de la planta 20 del Hotel Habana Libre, antiguo Habana Hilton, sede de la cadena televisiva con más de 20 periodistas destinados allí.
A las 8 de la tarde traspasaba en umbral de la entrada del hotel, el líder cubano. Departió con ambos invitados hasta las 4 de la mañana y, al día siguiente, partieron a la isla privada de Fidel, Cayo Piedra, cerca de la Bahía Cochinos, donde desembarcaron los contrarevolucionarios , y disfrutaron de los placeres del comunismo cubano, totalmente desconocidos para el pueblo.
De toda esta época salen los americanos del Norte con una balanza de pagos limpia de deudas, el único país del mundo al que no le debe ni un euro la isla cubana, fruto del tan controvertido Bloqueo. Los chinos lo añoran.
No dormía
Era un secreto a voces que no dormía, lo que le permitía ver programas de todas las televisiones del mundo, que a veces influían en sus decisiones de gobierno que se convertían en decretos al día siguiente.
Un 26 de Julio de 2002 tuve el honor de asistir en el patio del Moncada, en Santiago de Cuba, cuna de la Revolución, a una celebración de la conmemoración del Aniversario del Asalto, y disfruté de 4 horas de un discurso en el que permaneció en pie, y bebió un líquido en un vaso de plástico durante más de 30 veces. Estaba sentado a menos de tres metros.
Un médico español, José Luis García Sabrido, jefe del servicio de Cirugía General III del Hospital Gregorio Marañón de Madrid y las medicinas de la Comunidad de Madrid de Esperanza Aguirre, le han dado 10 años más de vida desde el 2006 y lo visitaba cada seis meses para chequear en persona su delicada salud.
Quiénes vivían bien y mal
Los cubanos le recordarán por implantar un sistema de salud en el que todos pueden ser tratados y una educación que fue un referente en América Latina y en algunos países de África. Muchas naciones iberoamericanas, por llevar la atención médica a regiones y poblaciones que lo desconocían. Pero también por mantenerles en un régimen de ocultamiento informativo, de falta de libertad individual y colectiva, de escaso progreso económico, de salarios que sirven para mal vivir, que les llevan a escapar de la isla en balsa. Los hijos de dirigentes del Partido Comunista (Nomenclatura) por darles la oportunidad de vivir muy bien en USA y en España y dirigir los negocios de la nación cubana y montar negocios florecientes en la capital sin el control del Estado.
En el cementerio de Santa Ifigenia de Santiago de Cuba reposarán sus restos junto a la tumba de José Martí y de Emilio Bacardí, primer alcalde de la capital Oriental y exiliado en los años 90 del siglo XIX en las Islas Chafarinas.
