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Algunos de los 4 sanitarios señalan que en todo caso podría sufrir una leve depresión y altibajos en su estado de ánimo

Todos los especialistas coinciden en que ninguna enfermedad mental limitó la voluntad o capacidad de Coronil en el supuesto homicidio

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(Autor: GUERRERO)

Dos psicólogos y dos psiquiatras declararon durante la tarde de ayer en el juicio contra Juan Manuel Coronil por el presunto homicidio que acabó con la vida de la joven marroquí de 24 años, Zineb Manae. Si bien cada uno de los profesionales tuvo un diagnóstico diferente, dado que también lo evaluaron en diferentes momentos, todos coincidían en una tesis: Coronil no vio afectadas sus capacidades volitivas ni mentales, en el sentido de diferenciar "lo que está bien o mal", cuando se produjo el presunto homicidio hace tres años. El juicio se reanudó en la tarde de ayer con las declaraciones de dos psicólogos y dos psiquiatras que evaluaron al propio Juan Manuel Coronil e incluso a su familia, con el fin de conocer en mayor grado las circunstancias que rodeaban al acusado.

Cada uno obtuvo un diagnóstico diferente, aunque tal y como dejaron claro a preguntas de las partes, ni el accidente de moto que sufrió en 2005 ni los diversos acontecimientos vitales posteriores como el fallecimiento de su madre, llegaron a limitar sus capacidades volitivas, esto es, su voluntad y conciencia a la hora de hacer las cosas ni dejó de ser consciente de lo que "estaba bien o mal" cuando se enfrentó aquella noche a Zineb Manae.

Aún así, algunos de los profesionales sí que detectaron un estado leve de depresión e incluso alteraciones de su estado anímico causadas por el propio suceso en el que habría acabado con la vida de la joven Zineb Manae.

Sin embargo, tampoco ninguno de los profesionales detectó una personalidad agresiva en Coronil tras pasar algunos de los test convalidados para conocer la personalidad del paciente.

Trastorno por estrés agudo
El primero de los psicólogos que visitó a Coronil en prisión un mes después de los hechos y una segunda vez en enero de 2014, explicó, que en base a lo que le contó el acusado que le habría ocurrido aquella madrugada de hace tres años, éste habría sufrido un trastorno por estrés agudo.

Este trastorno se sufre justo después de que una persona le surja un problema al que no le sabe dar solución ni sabe gestionar sus consecuencias. El profesional cree que pudo sufrir este tipo de trastornos cuando metió a Manae en una bolsa, la dejó entre los arbustos e incluso posteriormente volvió a ponerle un cartón encima.

Según indicó el sanitario, en este estado se pierde la capacidad cognitiva y se evita mentalmente todo aquello a lo que un sujeto no sabe enfrentarse. "Se entra en piloto automático", sostuvo el psicólogo.

Además, describió a Coronil como una persona con una gran preocupación por lo que piensen los demás, motivo por el que seguramente habría tapado la boca a Manae al gritar, con el fin de que su familia no conociera que estaba con una prostituta.

El especialista señala que tiene una actitud "infantil" tal y como también lo describió el jefe del Coronil en el ejército. Esto es, para el psicólogo, que tiene herramientas limitadas para enfrentar un problema y darle solución. Tal es así indicó que cuando vio que Manae no estaba consciente hizo una estrategia "chapucera" y lo escondió entre unos matorrales.

El profesional también detectó un "síndrome subdepresivo", esto aclaró no es una depresión grave, sino que tenía una alteración del estado anímico. Aún así, la etapa previa al suceso señala que lo que le ocurría era un "duelo reprimido" al no conseguir pasar página tras la muerte de su madre.

Triste, pero no depresivo
La siguiente fue una psiquiatra que habitualmente trabaja con la administración de Justicia, quien aseguró que en el momento de la entrevista, tras lo sucedido, Coronil estaba en plenas capacidades pero no presentaba un cuadro depresivo. Aún así, sí se encontraba con bajos ánimos, seguramente indicó, por la privación de libertad, dado que fue cuando ya estaba en prisión.

Tintes depresivos
En el caso de uno de los psiquiatras, que también trabaja con la Justicia habitualmente, señaló que cuando le entrevistó mostraba tintes depresivos pero cree que por su estancia en prisión. Aún así, en este caso el sanitario lo tuvo como paciente en 2008 aunque solo estuvo durante dos sesiones. El especialista indicó que solo sufría por lo poco que pudo evaluarlo una pequeña anomalía psíquica por el duelo que sufría tras el fallecimiento de su madre.

Trastorno ciclotímico
Daniel Ventura, que antes de ser consejero de Bienestar Social, ejercía como psicólogo, también hizo un informe sobre Coronil cuando estaba en prisión. Ventura detectó un trastorno ciclotímico, es decir altibajos en la conducta del acusado que iban desde la tristeza hasta la hipomanía que se traducía en un habla acelerada o en la continua actividad física.

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Nerea de Tena Alvarez

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