Fue de esos actos en que no faltó nadie. Desde su familia, prácticamente al completo, pasando por una nutrida representación pública de todas las administraciones, asociaciones de todo tipo, compañeros de la prensa y amigos, a mediodía de ayer todos quisieron asistir al homenaje en que se ponía el nombre de Fernando Belmonte a uno de sus más ilusionantes proyectos como es el Archivo Histórico Audiovisual, ubicado en la Biblioteca Pública. Una forma de rendir un más que merecido tributo a uno de los periodistas más brillantes y audaces de cuantos han ejercido en la ciudad.
El céntrico lugar de lectura melillense se quedó ayer pequeño para acoger a las numerosas personas que se concitaron para rendir un muy emotivo tributo al que fuera un periodista de garra, de un gran bagaje cultural, un humor inteligente y, en definitiva, un personaje tremendamente peculiar.
Emotivo tributo
Un acto donde la emotividad planeó sobre la mayoría de los asistentes y que, tras el descubrimiento de la placa por parte de su viuda, la también reconocida y respetada periodista Irene Flores, arrancó con las palabras de la que fuera su también compañera y amiga Fadela Mohatar consejera de Cultura, quien destacó el objetivo de relanzar el apasionante proyecto de quien tuvo la feliz iniciativa de engendrar y nutrir hasta hace apenas un año, un valioso compendio de material audiovisual para ponerlo al alcance de investigadores y público en general.
Con sus palabras dio paso a su fiel e inseparable compañera, Irene Flores, que a pesar de los sentimientos que la embargaban tuvo el aplomo suficiente para hablar de "su querido Fernando".
La periodista no quiso entrar a glosar la figura de su compañero pero recordó que asociaciones como la de Estudios Melillenses han hecho mucho por poner en valor la historia de Melilla pero, sin embargo quedaba un hueco por cubrir, como era el de la imagen en movimiento de Melilla que, a pesar de ser una de las ciudades más filmadas en los inicios del siglo XX, por unos acontecimientos muy específicos como las campañas de Marruecos, carecía de un archivo audiovisual para salvaguardar y proteger estos soportes fundamentales de la historia reciente de la ciudad, entre los que se encuentra el gran legado de Manuel Carmona Mir, con sus registros cinematográficos de Melilla.
Agradeció los apoyos con los que Fernando contó para poner en marcha el proyecto citando entre otros al exconsejero de Cultura Javier Martínez Monreal, a la actual, al equipo de Televisión Melilla y al presidente de la Ciudad Autónoma, Juan José Imbroda, así como la presencia de los asistentes al tributo que ayer le rindió la ciudad de Melilla.
Y fue el presidente Imbroda quien cerró el acto con sus muy acertadas y cariñosas palabras sobre la figura del periodista del que dijo, "Fernando Belmonte y yo comenzamos en las antípodas y acabamos en la más pura cercanía". El político tras resaltar su admiración personal por el profesional de los medios de comunicación, señaló que fue uno de “los hombres más clarividentes, trabajadores y luchadores para que esta ciudad se recuperara como espacio público para todos". A su vez, resaltó su preparación, ilusión y su "cabeza privilegiada" y valoró su trabajo así: "lo que ha hecho por recuperar la imagen de Melilla a través del archivo histórico no tiene precio" para finalizar señalando que "nos quedamos cortos solamente con poner su nombre al archivo".
