Es cierto que el INEM saca unos cursos académicos que resultan de una gran utilidad a los desempleados que carecen de las suficientes condiciones para alcanzar un trabajo en la actualidad, o al menos, un trabajo que se amolde a sus necesidades y aspiraciones profesionales. Gracias a estos cursos, los desempleados pueden aprender las materias imprescindibles con las que pueden alcanzar un diploma que les cualifique para realizar cursos de Formación Profesional, dados también por el INEM, y puedan aspirar a trabajar en aquello que desde siempre, les llene, pudiendo así desempeñar una labor satisfactoria tanto para ellos como personas, como para el índice productivo de nuestro país.
Sin embargo, para que estos cursos enfocados a un condicionante académico tengan el efecto deseado en las personas desempleadas, creo que habría que tener en cuenta ciertos factores que, por ahora pasan desapercibidos. Ni que decir tiene, que los profesionales que los imparten son personas muy competentes y ostentan de las mejores intenciones, tanto para el mantenimiento de los citados cursos, como para el hecho de que sus alumnos adquieran los conocimientos requeridos. Pero, desde mi perspectiva, hay un índice claramente diferenciador entre lo que implica un curso académico normal y uno del INEM, o por lo menos, debe de haberlo.
En un curso académico normal, el profesor se encuentra con una serie de alumnos cuyo nivel es prácticamente el mismo, salvando las diferencias, ¡claro está! Yo me refiero al hecho de que si un profesor da clase en tercero de la E.S.O. se va a encontrar con alumnos que han superado segundo de Enseñanza Secundaria. Sin embargo, en una clase de Módulo Profesional (INEM) de la E.S.O. Unos alumnos hicieron Primaria hace muchos años y otros han estudiado en el instituto en fases avanzadas… Los desajustes con los que se va a encontrar el profesor pueden hacer que estos cursos lleven o bien, a que los alumnos más aventajados sean los únicos capaces de hacerse con el título, o bien, a que lo saque todo el mundo, debido a que su nivel sea tan bajo que realmente no sirvan para nada.
Desde mi perspectiva, los cursos académicos del INEM, deberían de establecer siempre unas miras profesionales y aunque fueran de más horas, veo necesario que se vinculase la profesionalidad con el academicismo que requiera la profesión que se enseñe. Y para ello, creo que en vez de hacer un curso de la E.S.O. Módulo Profesional, de unas quinientas horas y después otro módulo que obliga al alumno a esperar al año siguiente a realizar otro curso de la profesión que quiere aprender. Veo mucho más práctico, hacer un curso en el que la formación académica vaya unida a la profesional, aunque éste dure más tiempo.
Digo esto, porque las personas que carecen de un nivel de estudios medio, necesitarán dos años para estar preparadas en intentar conseguir un trabajo y porque en cuatro meses, no creo que adquieran la formación académica necesaria. Por lo tanto, se debería tener en cuenta la especificación de los estudios académicos, al mismo tiempo que el modelo profesional que se vaya a estudiar y desarrollar, y llevarlos a cabo de una forma continuada. El INEM haría con esta medida un modelo mucho más viable que posibilite a nuestros desempleados formarse en lo que realmente necesitan para encontrar una labor que los integre en nuestra sociedad.
