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El tren se pone en marcha

Cualquiera puede ver la diferencia de esta época con la que había hace apenas cinco años, cuando la crisis apretaba. Aún no se ha salido del todo de aquella situación, pero el panorama pinta mejor y el camino hacia la recuperación ya se está recorriendo, algo que también se percibe en las calles «Esta vez Meilla se va a meter en el tren de despegue económico con las demás comunidades. Esta vez está en conficiones de coger ese tren». Con esta frase triunfal, el presidente Imbroda se presentó ante los medios de comunicación en una comparecencia no anunciada para resumir sus buenos pronósticos para esta legislatura respecto a nuestra ciudad. Acababa de regresar de Madrid, donde ha estado desde principios de semana con una intensa agenda de reuniones con altos cargos del Gobierno, entre ellos, la vicepresidenta, Soraya Sáenz de Santamaría, ante la que expuso los principales problemas que sufre Melilla y la necesidad de que el Gobierno se implique en darles una solución. La frontera y la inmigración infantil que ejercen los menores extranjeros no acompañados que llegan desde Marruecos son los principales quebraderos de cabeza que tiene Melilla en estos momentos y que Imbroda puso sobre la mesa en aquella reunión. Ello, sin dejar de tener muy presentes otros problemas endémicos en los que también se está trabajando, como son el paro y la Educación.
Además de Sáenz de Santamaría, Imbroda también ha tenido oportunidad de hablar de todas estas cuestiones en los últimos días con el jefe del Gobierno, Mariano Rajoy. Y ha sido después de esa conversación telefónica cuando Imbroda ha mostrado su optimismo de cara a esta legislatura. «Un optimismo realista», matizó el presidente de la Ciudad Autónoma, para diferenciar estos años que él calificó de «despegue económico» de los que caracterizaron la primera legislatura de Rajoy, caracterizada por las «medidas impopulares» a las que tuvo que acudir por la amenaza del rescate de Europa.
Razón no le falta, porque cualquiera puede ver la diferencia de esta época con la que había hace apenas cinco años, cuando la crisis apretaba. Aún no se ha salido del todo de aquella situación, pero el panorama pinta mejor y el camino hacia la recuperación ya se está recorriendo, algo que también se percibe en las calles. Dicho de otra manera, es lógico que todas las aspiraciones de Melilla no se hayan cumplido en la primera legislatura de Rajoy porque la situación con la que se encontró su Gobierno en el peor momento de la crisis lo impedía. Y aún así, se han conseguido actuaciones muy anheladas que estuvieron paralizadas durante la etapa socialista, como el desbloqueo de los centros educativos y de la ampliación del puerto, que ya están en marcha aunque no se perciba, dado el enorme trabajo administrativo que requieren antes de que comiencen las obras. Algunas de las voces críticas pretenderán, seguramente, que aquello que no hizo el PSOE en sus ocho años de Gobierno, la mitad de ellos en bonanza económica, lo hiciera el PP rápidamente en un momento económico de extrema gravedad. Hay que mirar atrás para ver lo que había antes de hablar si se quiere hacer con fundamento y sin faltar a la verdad.

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