Tres jóvenes de nacionalidad marroquí fueron atracados y agredidos con una navaja por parte presuntamente de otros cuatro jóvenes, también de nacionalidad marroquí, en la noche del jueves en los alrededores del ascensor de Melilla la Vieja, según confirmaron a este diario fuentes de la Benemérita. Uno de ellos, incluso tuvo que ser atendido por una ambulancia al presentar varias heridas por arma blanca en la cara. Tres jóvenes de nacionalidad marroquí fueron atracados y agredidos con arma blanca la noche del pasado jueves en los alrededores del ascensor de Melilla La Vieja por presuntamente otros cuatro jóvenes de la misma nacionalidad.
Según han podido confirmar a este periódico fuentes de la Guardia Civil fue sobre las 21,00 horas del pasado jueves cuando tres jóvenes se encontraban paseando por Melilla La Vieja cuando otros cuatro individuos se acercaron de forma amistosa.
Según relataron en la denuncia que dos de ellos antepusieron ante la Comandancia de repente empezaron a intimidarlos y a pedirles sus pertenencias, a lo que los afectados pusieron resistencia.
En ese momento, una patrulla de la Guardia Civil pasaba por el lugar y tuvo que requerir una ambulancia del 061 y es que uno de ellos mostraba varias heridas con arma blanca en la cara, según pudieron confirmar fuentes cercanas a los afectados.
Dichas fuentes también señalan que además de presentar toda la cara ensangrentada por los arañazos con una navaja, otro de los afectados presentaba golpes en la cabeza tras resistirse a que les robaran.
Asimismo, las fuentes referidas también explicaron que a pesar de la resistencia les terminaron robando dos móviles. Así, indican que los presuntos agresores podrían ser menores aunque los afectados no pudieron conocer exactamente la edad y la Guardia Civil pese a qué realizó una batida tras el suceso no pudo identificar a los presuntos autores del suceso.
Dichas fuentes consultadas señalan que los atracos y la violencia en Melilla La Vieja son habituales entre individuos que colindan por la zona para posteriormente saltar como polizones a algún buque hasta la Península, pero casi nunca llegan a denunciar.
