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Trabajo hay por delante

Las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado lo saben y luchan contra ello, pero lo que es un hecho cierto es que se siguen empleando las armas de este tipo, lo que supone un motivo de inquietud para la seguridad ciudadana melillense, una nueva modalidad delictiva contra la que habrá que luchar aún más Los últimos sucesos que se vienen produciendo en Melilla dan que pensar porque parece ser que lo que antes era inédito en esta ciudad, como es el empleo de pistolas en los atracos o disputas personales, parece que ahora ha venido para quedarse.

En unos casos se trataban de pistolas simuladas, de juguete, o en su caso de fogueo, que únicamente se empleaban para intimidar, pero en otros casos, como desgraciadamente hemos visto en algunos episodios ocurridos a lo largo del año 2016 que acaba de finalizar, las municiones eran reales, como atestiguan al menos un par de heridos el año pasado por arma de fuego.

No sabemos cómo han llegado esas pistolas a Melilla pero nos podemos imaginar que se han podido adquirir en el "mercado negro", como ocurre con todo lo ilegal.

Se trata en cualquier caso de un fenómeno nuevo aún para los melillenses, que veían estos casos como algo lejano, propio de otros sitios del mundo e incluso de puntos determinados de España. Este es el caso por ejemplo de Ceuta, donde sí están más habituados a este tipo de sucesos en algunas de sus barriadas, en las que se han producido incluso muertes por disparos.

En Melilla, por fortuna, no hemos tenido que lamentar ninguna muerte por las acciones de armas de fuego en estos tiempos -atrás quedan episodios como el antiguo Bar Carrozas donde el origen fue una disputa-, pero hechos como se vienen viendo últimamente preocupan cada vez más.

Inquieta que cada vez se usen armas para pequeños atracos, como ocurrió el lunes con un supermercado de la carretera Farhana. Ahí tres encapuchados, uno a bordo de un vehículo con el motor arrancado y otros dos en el interior del establecimiento, uno con una pistola -se desconoce si real o simulada- y otro una katana, perpetraron el robo sobre las ocho y media de la tarde. Se llevaron la caja registrado por completo, con todo el dinero de la recaudación del día y el cambio, en total unos 400 euros, así como las facturas que había en esta máquina por valor de 3.000 euros. Huyeron a toda prisa después de cometer el robo en cuestión de minutos, sin que produjeran daños personales, en una acción en la que el propietario, un familiar y un cliente que habían en ese momento comprando no opusieran ninguna resistencia.

Un episodio que se suma a otros y que desgraciadamente indica que estamos ante una nueva modalidad delictiva en nuestra ciudad.

Las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado lo saben y luchan contra ello, pero lo que es un hecho cierto es que se siguen empleando las armas de este tipo, lo que supone un motivo de inquietud para la seguridad ciudadana melillense, una nueva modalidad delictiva contra la que habrá que luchar aún más para evitar que se produzca cualquier hecho desgraciado como consecuencia del uso de este tipo de armas peligrosas. Trabajo hay por delante.

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