Los sindicatos SUP y UFP mostraron ayer su repulsa, preocupación e incluso indignación por lo sucedido en la noche del jueves en Reina Regente, cuando la Policía Local y los Bomberos fueron apedreados tras acudir a Tadino de Martinengo para sofocar el incendio de un contenedor. El SUP fue muy claro y contundente al asegurar que existe un “pacto de silencio” en los barrios periféricos ante estos ataques, porque la falta de colaboración ciudadana por parte de los vecinos denota que “no hay voluntad de arreglar el problema, que se podría solucionar con una simple llamada anónima diciendo quiénes son los que hacen daño a la convivencia”.
El líder del SUP, Ruiz Barranco, dijo en declaraciones a MELILLA HOY que quienes tiran las piedras son unos cobardes, pero también quienes “no lo están denunciando”. Y en este punto, señaló también a las asociaciones de vecinos que, a pesar de recibir subvenciones públicas, “no están haciendo una labor de reeducar a estas personas que están viviendo en aquellos barrios incumpliendo una norma de convivencia”. “Los ciudadanos no sólo tienen derechos, también obligaciones con el Estado de Derecho”, recordó el responsable del SUP, que remató afirmando: “La Policía no puede entrar en la Cañada, ni patrullar allí, porque nadie colabora con nosotros. Ya está bien de que nos apedreen por nuestro trabajo, los agentes van allí no con miedo, sino con desgana”.
El portavoz de UFP, Enrique Travieso, también fue rotundo al afirmar que “urge tomar una decisión clara al respecto y contundente” sin que nadie diga que se está criminalizando a un barrio, pues hay que detectar los “elementos subversivos” que dañan la convivencia. El temor de la UFP es que “la gente joven que viene detrás tome nota de estas actitudes tan perjudicales para la sociedad” y que “causan daños de forma injusta”.
