La nostalgia invadió ayer Melilla durante buena parte de la tarde-noche gracias a ‘Los juegos y tradiciones de la Melilla de ayer’, el libro que la socióloga melillense Marisa Escámez ha escrito tras cerca de nueve años de investigación. Ayer presentó este libro en un acto al que acudió un numeroso público, fundamentalmente mayores pero también muchos jóvenes y niños, que se impregnaron del recuerdo de tiempos pasados gracias a los juegos, las canciones y la presencia de los cabezudos de antaño.
Escámez contó en la presentación de su libro con el respaldo de numerosas autoridades de nuestra ciudad, como el presidente melillense, Juan José Imbroda, el comandante general, Fernando Gutiérrez Díaz de Otazu, y varios de los miembros del Gobierno local. Entre ellos, el viceconsejero de Turismo, Javier Mateo, cuyo departamento ha editado este libro, y que ayer ejerció como maestro de ceremonias recordando una forma de descubrir los lugares es a través de sus juegos y tradiciones. “Se trata de recuperar lo que somos y nuestra esencia, aquel aprendizaje que tuvimos con los juegos, y dar a conocer la influencia y procedencia de los juegos de una ciudad multicultural como es Melilla”, apuntó.
La autora, por su parte, señaló que “todos los recuerdos pueden ser evocados u olvidados, pero este libro pretende que sigan vivos y cobren forma en compañía de hijos, nietos y padres”. Escámez agradeció al Patronato de Turismo la confianza que depositó en este proyecto desde el primer momento con la edición del libro, y será este departamento el que se encargue de su distribución desde los próximos días.
Durante la presentación del libro hubo tiempo para que el público rescatara mil y un recuerdos de su memoria gracias a la presencia de los cabezudos que hacían los pasacalles antiguamente y que fascinaban a niños y mayores. También por las canciones que formaron la banda sonora la infancia de muchos melillenses, interpretadas con un impresionante piano de cola blanco y, sobre todo, por algunos de los juegos incluidos en el libro, sobre los que las niñas de Divina Infantita hicieron una demostración.
