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Injusta generalización

Si finalmente se confirman estos presuntos hechos que se le imputan al agente detenido, hay que insistir en que son muy minoritarias. Una gota de agua en el océano. Sería injusto y un error que alguien pudiera pensar que estos casos son generalizados En Melilla recibimos ayer la mala noticia de la detención de un policía nacional por un presunto delito de favorecimiento de la inmigración clandestina. Es inevitable que noticias como la detención de un integrante de cualquiera de los cuerpos de seguridad causen un importante impacto en la opinión pública en general. Policías nacionales, autonómicos y locales, así como guardias civiles, son funcionarios encargados de hacer cumplir la ley, y por ello se les presupone como los primeros en cumplirla. Afortunadamente, así es en la gran mayoría, por no decir la práctica totalidad de los miles de policías y guardias civiles que integran las Fuerzas de Seguridad del Estado, así como otros tantos miles de agentes que forman parte de las policías autonómicas y municipales.
Es importante que todos tengamos en cuenta que en este funcionario detenido, al igual que en cualquier persona que es arrestada, prima la presunción de inocencia, tal y como recuerda en nuestra edición de hoy el Sindicato Unificado de Policía (SUP). Ahora tendrá que ser la investigación desarrollada por la Unidad de Asuntos Internos de la Policía la que tenga que demostrar esa supuesta implicación en el presunto delito del que se acusa a este agente, un melillense destinado en Madrid en la Brigada de Respuesta a la Inmigración Clandestina (BRIC).
Al parecer, este agente supuestamente dejaba pasar a inmigrantes sin cumplir los requisitos documentales que se exige a todo el mundo a cambio de dinero. El presunto delito adquiere una mayor gravedad si se tiene en cuenta el nivel 4 reforzado de alerta antiterrorista que hay en toda España, lo que hace imprescindible, más si cabe, controlar debidamente quién entra y sale por nuestras fronteras terrestres, marítimas y aéreas.
En cualquier caso, si finalmente se confirman estos presuntos hechos que se le imputan al agente detenido, hay que insistir en que son muy minoritarias. Una gota de agua en el océano. Sería injusto y un error que alguien pudiera pensar que estos casos son generalizados. No hay más que ver la hoja de resultados que las Fuerzas de Seguridad del Estado, en este caso la Policía Nacional, ofrecen día a día, de forma permanente, durante todo el año.
En los últimos tiempos hemos sido testigos en Melilla del sobreesfuerzo que han realizado los cientos de agentes que forman parte de estos cuerpos de seguridad para tratar de contener la criminalidad con recursos muy limitados. Por eso, es lógico que estos cuerpos sean los primeros interesados en «alejar» a los posibles garbanzos negros que, lamentablemente, existen en todos los colectivos profesionales. Los cuerpos de seguridad no están exentos de ellos, pero eso no debería dar lugar a un injusto desprestigio generalizado.

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