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Hayy Mimon, víctima del error policial en la Cañada: “Esto ha sido un crimen”

Hayy Mimon teme por su madre quien el día del registro le dio una subida de azúcar y por sus hijos, que ya no quieren dormir en casa

Hayy Mimon es un melillense de mediana edad, al que agentes de la Policía Nacional registraron su casa y esposaron durante 10 minutos contra el suelo por un error en el número de la vivienda en la Cañada de Hidum. Mimon asegura que padece las secuelas, sobre todo las que están sufriendo su madre y sus hijos, quienes ya no quieren dormir en esa casa, y de la que se plantea mudarse. El melillense relata el miedo que pasó aquella madrugada del martes al miércoles cuando a las 4,30 horas los agentes, después de entrar rompiendo varias puertas, gritaban a su madre que "¡Dónde está Hassan!". El problema era que a quien buscaban los agentes vivía en el domicilio de al lado. Eran las 4:30 horas de la madrugada del martes al miércoles cuando Hayy Mimon, sepulturero del Cementerio Musulmán, estaba durmiendo en la tercera planta de su vivienda situada en la calle Casiopea, en la Cañada de Hidum.

Los agentes entraron en el primer piso y tiraron la primera puerta, sin encontrar nada y fueron a la segunda planta: allí se hallaba la mamá de Hayy Mimon, a quien empezaron a preguntar a gritos: "¡Dónde está Hassan!”
El problema era que en esa vivienda no vivía el conocido por los agentes de la Policía Nacional como 'Hassan', sino en la casa de al lado de la que probablemente se terminaría escapando, lamenta Mimon.

Hayy Mimon cuenta a MELILLA HOY que tras escuchar los ruidos bajó rápidamente a ver su madre y los agentes le tumbaron en el suelo y le pusieron las esposas durante diez minutos. Mientras tanto, la madre de Mimon y su hija mayor de 20 años le replicaban a los agentes que no había ningún Hassan en su casa y entre los nervios y lágrimas la joven les decía que se fuesen de allí.

Y es que según sostiene el melillense, también hicieron tumbarse a su hijo de 11 años. Mimon cuenta que hasta a su madre le dio una subida de azúcar y a día de hoy sigue enferma y no consigue regular los niveles de glucosa.

Durante unos “eternos” diez minutos, tanto Mimon como el niño de 11 años permanecieron retenidos, hasta que los agentes se dieron cuenta de que no era el presunto delincuente al que buscaban. El melillense además aclara que no solo fue una puerta sino varias: la de la entrada, los dos baños -que se encontraban cerrados- y la de la azotea.

Secuelas
Mimon muestra una gran preocupación por los niños, quienes no quieren vivir ya en esa casa. Los dos pequeños están teniendo problemas para conciliar el sueño e incluso alguna noche se han ido a dormir a otro lugar. Tal es el punto que el melillense se plantea cambiarse de casa. "Gracias a dios no pasó nada ni a mi, ni a mi familia”, suspira Mimon mientras cuenta los detalles de aquella noche.
"Esto es un crimen", asevera el sepulturero del Cementerio Musulmán quien se muestra seguro de que el Gobierno sabe perfectamente donde reside cada ciudadano.

Además, Mimon asegura que confiaba en las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado (FyCSE), ya que señala que "cuando alguien hace algo malo, tiene que pagar y tienen que pillarlo", pero no se esperaba que hicieran algo así con su familia y con él.

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Nerea de Tena Alvarez

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