Un padre está acusado por un presunto delito de abandono de menores. Su hijo fue rescatado de la playa de Galápagos cuando tenía cinco años, ya que se encontraba en el agua boca abajo, sin manguitos y con síntomas de preahogamiento. Según declararon los trabajadores de Salvamento y Socorrismo, no le acompañaba ningún adulto. Finalmente, el Ministerio Fiscal reclama para el padre una sanción de 720 euros. Un padre se encuentra procesado por un presunto delito de abandono de menores. Según se expuso en la vista judicial, el hijo estuvo a punto de ahogarse en la ensenada de los Galápagos cuando tenía 5 años.
Al parecer, el menor acudió a la playa sin compañía de adultos y el socorrista tuvo que intervenir para rescatarlo del agua. Según se recoge en el escrito de acusación del Ministerio Fiscal, el chico presentaba síntomas de prehagamiento, lesiones y no llevaba manguitos. Estos hechos tuvieron lugar en agosto del año 2014.
El juicio se desarrolló en ausencia del procesado al no presentarse a la vista después de haber sido citado. «El niño estaba convulsionando y no le acompañaba nadie», declaró la supervisora de Salvamento y Socorrismo. Según expuso, fue el socorrista que rescató al menor del agua quien le informó sobre lo sucedido. «En dos ocasiones el socorrista tuvo que intervenir para sacar al niño del agua en la misma semana», afirmó la testigo durante su versión de los hechos.
También declaró el propio socorrista. «Supuestamente lo habían mandado a la playa con un vecino», señaló. Sin embargo, nadie le acompañaba cuando estuvo a punto de ahogarse ni tras ser rescatado. De hecho, explicó el trabajador que la ambulancia no podía marcharse con el menor sin la compañía de un adulto, pero, al encontrarse el chico en «estado crítico», un bañista que «no iba con él» se prestó a acompañarle.
El procesado aseguró en la fase de instrucción que el niño se había quedado al cuidado de su primo el día de los hechos. Sin embargo, este mismo familiar desmintió esa versión en la vista. «No me llevé al niño a la playa», sostuvo.
Tras escuchar todas las declaraciones, la Fiscalía reclamó para el padre una multa de 720 euros. El letrado que representaba al acusado se adhirió a su petición. La sentencia será, en consecuencia, condenatoria.
