Ha pasado prácticamente un año y medio desde que se produjo esta fotografía y mucho o algo ha cambiado, dependiendo de la óptica con que se mire Ha pasado prácticamente un año y medio desde que se produjo esta fotografía y mucho o algo ha cambiado, dependiendo de la óptica con que se mire. Por el momento, y a pesar de que el resultado que arrojaron las elecciones autonómicas de mayo de 2015, en el que ninguna fuerza política logró mayoría absoluta, la estabilidad del gobierno en todo este tiempo ha sido indiscutible, bajo la presidencia nuevamente de Juan José Imbroda.
Contra pronóstico, o no, como diría Rajoy, finalmente hubo acuerdo entre dos fuerzas políticas que hasta entonces se habían mostrado muy duras una con la otra, como son los casos del PP y PPL, pero también hay quienes piensan que era el acuerdo lógico teniendo en cuenta que la práctica totalidad de los que conforman la formación que lideraba por Ignacio Velázquez eran afiliados del PP. De hecho, el PPL ya ha desaparecido tras una asamblea celebrada a finales de 2016, en la que acordaban su disolución e integración en el PP.
El resto de fuerzas que conforman el arco parlamentario, CPM con 7 escaños, PSOE con 3 y Ciudadanos con 2, no lograron el acuerdo para conformar una alternativa después de haber estado negociando conjuntamente con PPL (1 diputado), pero por diversas razones -dependiendo de quién cuente cómo fueron esas conversaciones, porque unos comentan unas cosas y otros otras, aunque ahora con la distancia del tiempo, tampoco parece que hubieran consensuado por ejemplo quién sería el elegido para presidente/a de la Ciudad Autónoma-. Finalmente esas conversaciones quedaron en nada y se fraguó la unión de PP-PPL, o lo que es lo mismo, los dos partidos de centro-derecha de Melilla.
Y volviendo a la fotografía que ilustra este editorial, lo primero que destaca 18 meses después es la ausencia de dos viceconsejeros nombrados a propuesta del PPL, que fueron cesados por su partido cuando apenas llevaban unos meses en el cargo. Nos referimos a Ignacio Alonso y María José Blanco, viceconsejeros de Universidad y Participación Ciudadana respectivamente, al parecer por pérdida de confianza en ellos de la consejera de Presidencia Paz Velázquez, y decimos al parecer porque las justificaciones que se dieron y los argumentos que daban los perjudicados no coincidían. Quizá algún día sepamos qué ocurrió para se produjeran estas repentinas destituciones en tan corto espacio de tiempo. En el lugar de Alonso y Blanco el PPL situó a un solo viceconsejero, Juan José Torreblanca. En las filas del PP también hubo cambios, pero de no personas sino de cargos tras constatarse a través de una sentencia que un político no electo, como Manuel Ángel Quevedo, no podía ser vicepresidente de la Ciudad Autónoma. Así en su lugar fue nombrado Daniel Conesa aunque Quevedo se mantuvo al frente de la Consejería de Medio Ambiente y fue nombrado además Consejero de Coordinación y Portavoz del Consejo de Gobierno de la Ciudad Autónoma. Conesa, con su ascenso al número tres del Ejecutivo autonómico, dejó la Consejería de Hacienda y se hizo cargo de la de Economía, intercambiando el puesto con Esther Donoso.
Una fusión entre PP y PPL que recuerda a la que se produjo a principios de los años 2000 entre PP y UPM aunque salvando las distancias porque en aquel entonces el partido localista, con tres diputados frente al hundimiento del PP con la llegada del GIL en 1999 al pasar de 14 escaños a sólo 5, provocó en aquel entonces que se hablara de que "el pez chico se comió al grande", ya que UPM se hizo con los puestos más destacados. De hecho, si nos fijamos en esta imagen de los 25 miembros del Gobierno, del PP antiguo sólo quedan tres (Antonio Miranda, Guillermo Frías y Carmina San Martín) mientras distinguimos a seis procedentes de la extinta UPM (Daniel Conesa, Javier Mateo, Hassan Driss, Francisco Díaz, Francisco Villena o el propio presidente Juan José Imbroda). El resto de componentes del Ejecutivo llegó cuando ya había un solo PP y bajo el mando de Imbroda en el Gobierno de la Ciudad y en el partido.
