La presidenta de la asociación TeAma, Susana Morillo, se mostró satisfecha por la «experiencia maravillosa» vivida ayer por un grupo de 23 niños de la entidad, que participaron en la actividad de bautismo de buceo adaptado organizado por la Asociación Melillense de Submarinismo-Buceo de Melilla. Los encargados de conducir la operación serán instructores especialistas.
El buceo adaptado «es una actividad de inclusión social y que niños con necesidades educativas especiales puedan realizar cualquier tipo de deporte como otro niño, es importante, y que entidades que se dedican a esto, como la de submarinismo, tengan en cuanta a este colectivo y organizar una actividad adaptada es gratificante». Según dijo, no hay que olvidar los otros beneficios que la práctica deportiva reporta a los que la desarrollan. «Son muchos los beneficios que pueden repercutir en los niños, porque favorece la comunicación y también ayuda a los que tienen alteraciones sensoriales», manifestó Susana Morillo.
El consejero de Bienestar Social, Daniel Ventura, señaló que la organización de actividades de este tipo enfocadas a diferentes colectivos de personas con discapacidad de la ciudad demuestran que «existen intención de llegar a una plena inclusión». «Creo que Melilla es la única ciudad en la que se ha hecho algo similar, y esto es una muestra más de la forma de incluirles en la sociedad», dijo. Por ese motivo agradeció a Buceo de Melilla el desarrollo de este tipo de acciones. Además dijo que los monitores que conducen el bautismo de buceo, «los cinco, tienen la formación necesaria».
Por su parte Pedro Paredes, de la Asociación Melillense de Submarinismo-Buceo de Melilla, explicó que son ya tres los bautismos de buceo adaptado que han realizado hasta el momento. El primero fue con Asome y el segundo con Autismo Melilla. El ciclo cuenta con el respaldo de la Consejería de Educación.
Según dijo, con la ayuda de los psicólogos de la asociación Teama y con los monitores de la Asociación de Buceo, se han desarrollado clases teóricas durante la semana, recurriendo incluso a criptogramas, para que los alumnos conocieran los equipos que tenían que utilizar para participar en la experiencia de buceo. Los resultados, manifestó, están a la vista.
