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En Marruecos ayer se cumplieron cuatro meses de las elecciones generales y el país continúa sin alcanzar un acuerdo de creación de gobierno. Una situación que empieza a recordar a la que vivimos hasta que a finales de octubre pasado el popular Mariano Rajoy fue investido como presidente tras 10 meses en funciones. Ríos de tinta, constante ondas de radio y televisivas y numerosos espacios en redes sociales, hace correr Donald Trump, tan sólo con abrir la boca o firmar un documento en el Despacho Oval de la Casa Blanca, ya que cualquiera de las declaraciones o decisiones adoptadas por el atípico y polémico primer mandatario americano tienen un eco inmediato y universal. Es tal la difusión que sus actuaciones despiertan en todo el mundo que enseguida ocupan los titulares de los informativos radiofónicos y televisivos y las portadas de los diarios. Por tanto, al margen de la conmoción que genera Trump y que, de momento, no ha llegado todavía a cansar por la trascendencia que sus resoluciones tienen en el orbe mundial, en la mañana de ayer también ocupaban su espacio en el panorama internacional las protestas en las calles de Rumania donde miles de personas se manifiestan desde hace una semana en el país pidiendo la desaparición de la corrupción en el gobierno y ahora incluso solicitan la dimisión del ejecutivo en manos del Partido Socialdemócrata que hace tan solo unos meses logró mayoría absoluta en el Parlamento. Y es que la corrupción es cada día más perseguida en los países del ámbito democrático. Y hablando de parlamentos, el de Israel ha legalizado 53 nuevos asentamientos irregulares en tierras palestinas, en Cisjordania. El Gobierno israelí expropiará esos terrenos en los que se levantan 4.000 viviendas para colonos sin ninguna autorización. Una medida que puede llevar al estado hebreo a la Corte Internacional, pero el primer ministro Benjamín Netanyahu respalda la medida impulsada por los sectores más ultras de su Ejecutivo. Y sobre Siria, Amnistía Internacional acaba de denunciar la escalofriante noticia de que más de 13.000 personas han sido ahorcadas por el gobierno de Bashar al-Ásad entre los años 2011 y 2015. El presidente sirio ha defendido en una entrevista el uso de todos los medios militares a su alcance para combatir a los grupos terroristas y es que al parecer, para la primera autoridad siria el “todo vale” efectivamente no tiene ninguna limitación. Y para finalizar con las noticias externas a nuestro ámbito geográfico, en Marruecos ayer se cumplieron cuatro meses de las elecciones generales y el país continúa sin alcanzar un acuerdo de creación de gobierno. Una situación que empieza a recordar a la que vivimos hasta que a finales de octubre pasado el popular Mariano Rajoy fue investido como presidente tras 10 meses en funciones. Por tanto, todavía la incertidumbre política en la que se encuentra sumido el país vecino no llega a ser comparable a la de España aunque parece que, de momento, no se atisba ningún viso de solución ya que el islamista Partido de la Justicia y el Desarrollo que ganó en las urnas no consigue alcanzar una coalición de gobierno.

En España ayer sabíamos que el PSOE subía un punto y medio tras hacer a Rajoy presidente, según el barómetro del CIS. En este último sondeo, se ha recuperado levemente la estimación de voto desde el 17% registrado en octubre de 2016 al 18,6%.El PP volvería a ganar las elecciones con un 33% de los votos aunque pierde un punto y medio frente a la anterior encuesta, mientras que Podemos pierde una décima y se queda en el 21,7%.

Ya en Melilla, en la mañana de ayer se presentó una nueva edición, la 21, de las Jornadas de Jazz y en el ánimo de todos los organizadores y políticos participantes en el acto, una constante. La necesidad de redefinir el consolidado evento para iniciar una nueva etapa de futuro. El bebé que nacía a finales del pasado siglo, en 1996, ha superado la pubertad y la mayoría de edad, por lo que es el momento de plantear su futuro a largo plazo. Por tanto, esta edición supondrá un punto de inflexión. De hecho, la organización ha relajado el acelerador, eliminando, de momento, algunas actividades clásicas de la programación para replantearlas como son los casos del jazz didáctico y las conferencias, para una vez analizado el nuevo proyecto, volver a pisar el acelerador a fondo con más fuerza, renovada ilusión y nuevas ideas.

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