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El hambre «mata a más personas que el sida, la tuberculosis y la malaria juntos»

Araceli Santiago y Alberto Vera de Manos Unidas Málaga y Melilla y la religiosa Lola Pérez
(Autor: Guerrero)

Manos Unidas en Melilla contó ayer con la presencia en la ciudad de Lola Pérez, una voluntariosa, animosa y positiva religiosa y matrona que desarrolla su vida misionera y sanitaria en una de las zonas más deprimidas de Zimbabue, y por tanto, una voz autorizada para denunciar la vergüenza de que mientras media humanidad tira comida a la basura, la otra mitad se acuesta sin haberse llevado nada al estómago. Afirmó que en Zimbabue, el hambre «mata a más personas que el sida, la tuberculosis y la malaria juntos». El Club Marítimo acogió ayer tarde la presentación del proyecto que Manos Unidas en Melilla pretende desarrollar este año en la India y para el que precisa recaudar algo más de sesenta mil euros. De la misma forma que el año pasado se puso sufragar la construcción de una pequeña escuela de primaria en Madagascar, en esta ocasión pretenden levantar en una zona muy deprimida del centro de la India, un internado que haga posible que niños y niñas de aldeas cercanas, puedan dormir y acudir a clase durante la semana y volver con sus familias los fines de semana.
Para recaudar los fondos necesarios, se desarrollarán distintas actividades, según enumeró Alberto Vera, delegado de Manos Unidas en la ciudad. Se realizarán campañas de sensibilización en parroquias y centros escolares, donde vender camisetas con el logotipo de Manos Unidas, así como imanes y vasos. En octubre se organizará el tradicional rastrillo que «es donde más dinero recogemos». A esto habrá que sumar las donaciones de los asociados y voluntarios y el resto de actividades aún por programar.
El acto también sirvió para promocionar la campaña «El mundo no necesita más comida, necesita más gente comprometida» con la que Manos Unidas quiere animar a la reflexión de una sociedad como la nuestra y sea consciente de que «en el mundo hay alimentos suficientes para todos, pero 800 millones de personas se acuestan con hambre». La contradicción es que mientras casi media humanidad no tiene qué comer, a la otra mitad le preocupa cómo adelgazar. Para arropar esta campaña se trasladó a la ciudad Araceli Santiago, presidenta de Manos Unidas de Málaga y Melilla, que agradeció los apoyos que reciben de la sociedad melillenses.
En los colegios de la ciudad se viene trabajando, a lo largo de esta semana, en la campaña contra el hambre, incidiendo en el uso responsable de los alimentos y en evitar que acaben en la basura alimentos que pueden ser aún consumidos. «Son ellos, las nuevas generaciones, los que van a mejorar el mundo», afirmó Alberto Vera.

La abuela pájaro
Pero Manos Unidas contó este año con la presencia en la ciudad de la religiosa cordobesa Lola Pérez, una mujer vivaz y positiva que lleva trabajando en Zimbabue desde 1982 donde desarrolla una extraordinaria labor, también como matrona, ayudando a aquellos que menos tienen, en concreto a la tribu Tonga, que por su constante ir y venir en la atención a los enfermos le impuso el apodo de ‘muembe’ (pájaro) y que ahora la llaman ‘vanene’ (abuela) porque ha ayudado a venir al mundo a la mayoría de ellos. «La primera palabra que aprendí en Tonga fue ‘tonta’, que significa empuja, y era lo que les decíamos a las parturientas. Como para que se me olvidara», comentó risueña.
Esta interesantísima mujer, un ejemplo de generosidad y entrega que conmueve, no ha perdido el humor ni la alegría, todo ello a pesar del sufrimiento constante y diario de ver con desesperación e impotencia morir a niños por hambre. «Es una realidad muy dura», afirma. Realiza su trabajo en una zona y un país castigado por la pobreza, la desnutrición y enfermedades como el sida que ha situado la esperanza de vida en los 58 años, y ello tras incorporarse los retrovirales. Es más, el crecimiento vegetativo de Zimbabue se estancó en el 2000 porque se producían más muertes que nacimientos. Pero lo peor es el hambre, «que mata a más personas que el sida, la tuberculosis y la malaria juntos», dijo. Lo peor de todo ello es que en el mundo hay alimentos suficientes para todos, pero no llega a los más pobres, por lo que afirma que lo del hambre es «un gran escándalo» para la humanidad.
La religiosa agradeció la ayuda que desde el primer momento les ha prestado Manos Unidas haciendo posible el desarrollo de numerosos proyectos que han llevado esperanza, sanidad y educación a muchas zonas deprimidas. Ejemplo de ello es el Hogar del Amanecer que se consiguió en 2012 con ayuda de Manos Unidas en Málaga, un orfanato que acoge a 18 menores, todos huérfanos a causa del sida.
Finalizó su intervención llamando a todos los melillenses «a abrir el corazón a otras realidades», a la de las personas que nada tienen, «a no tirar la comida y a colaborar con Manos Unidas, porque vivir como vivo el hambre de primera mano, es realmente angustioso».

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Jesús Andújar

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