Buscar
Cerrar este cuadro de búsqueda.
Logo de Melilla hoy

La lucha por el poder entre bandas podría estar detrás de la escalada de violencia en la periferia

En este mural hay dibujado un hombre armado con un machete cortacañas y un perro peligroso en posición amenazante, además de un coche quemado y una serie de “banderas de la vergüenza”, entre ellas la de España, la de Israel y la de Estados Unidos. El conflicto palestino también está representado por un niño y una bandera

Varios son los sucesos con arma de fuego que en las últimas semanas se han registrado en Melilla. Incidentes puntuales, todos localizados en diferentes barrios periféricos, que no se han cobrado víctimas mortales, pero sí heridos por disparos, algunos de los cuales han terminado incluso detenidos. Hace unos días, el presidente de la Ciudad Autónoma, Juan José Imbroda, quiso zanjar una posible alarma social puntualizando que ese tipo de sucesos corresponden a “ajustes de cuentas de cosas que funcionan al margen de la Ley”. Fuentes policiales apuntan a MELILLA HOY que algo de eso hay en esta escalada de violencia en la periferia, aunque no descartan que detrás de esas venganzas también pueda haber una lucha entre bandas de jóvenes por hacerse con el dominio y el miedo en la zona. Las fuentes consultadas por este Periódico apuntan a un posible “vacío de poder” que podría haberse dado recientemente en la Cañada tras la retirada de quienes ejercían hasta ahora un control al margen de la ley en el barrio y sus inmediaciones. Al parecer, eso podría haber dado lugar a una pugna entre bandas de jóvenes que quieren ocupar ese hueco, y para conseguirlo, tratan de imponerse mediante la intimidación, la fuerza y el uso de armas de fuego, habitualmente de fabricación casera.

Quienes han hablado para este periódico, personas de dentro y fuera del barrio, afirman que los integrantes de estos bandos rivales son personas muy jóvenes, con edades comprendidas entre los 18 y los veintipocos años, que ya están metidos en el mundo de la delincuencia. Normalmente se dedican a robar, trapichear con droga y extorsionarse los unos a los otros. Para ello, no tienen inconveniente en hacerse respetar con armas de fuego, disparando hacia partes del cuerpo donde hacer daño pero sin causar riesgo para la vida, habitualmente las extremidades.

Las drogas
A veces hay excepciones, como el herido que hubo a principios de este año con un disparo en el estómago. Fuentes cercanas al caso indican que muy probablemente el tiro iba dirigido a las piernas, pero quien empuñaba el arma no apuntó bien y finalmente se desvió hacia arriba. Al parecer, acababa de consumir estupefacientes y decidió terminar a tiros con las reprimendas quien trataba de espantarlo a gritos para que dejara de ir allí a comprar la droga.

La venganza es habitual en esta “guerra no declarada” entre los bandos opuestos para ver quién se queda con el poder y el monopolio de la venta de droga en la zona. “Si una banda organizada o un grupo de delincuentes juega con la seguridad es porque quiere dinero a cambio o dejar correr la droga, no sólo hachís, que es lo habitual en Melilla, sino drogas duras, como heroína, pastillas y cocaína”, apunta una fuente policial.

Esto no es nuevo, ya que hace un par de años la Policía detectó una gran rivalidad entre dos bandas fuertes de narcotraficantes, los Pitraco y los Gordos, aunque “desde hace dos o tres años está la cosa tranquila entre ellos”. Las mismas fuentes descartan que la escalada de violencia actual sea cosa de esas dos bandas, sino de “gente joven que le ha dado por coger pistolas, fabricarlas ellos mismos y usarlas no sólo para sus atracos y robos, sino también para resolver pequeñas disputas o desavenencias entre ellos”.

A veces, esa rivalidad entre bandos la viven también de forma interna, como señala otra fuente policial conocedora de lo que se cuece en la Cañada y alrededores. Fue lo que ocurrió en uno de los sucesos recientes con disparos en la calle Tadino de Martinengo, en Reina Regente. Al parecer, agresor y víctima formaban parte del mismo bando, pero a la hora de repartirse las ganancias de un robo, surgieron unas diferencias de criterio que trataron de resolver a tiros.

Liderazgo
Todos coinciden en que los protagonistas de los sucesos con armas de fuego se utilizan entre ellos y con el tiempo se van enemistando entre ellos por temas económicos, fundamentalmente. Pero también por las ansias de poder y de ejercer un liderazgo en la periferia.

De ahí, apuntan fuentes policiales, los graffitis que se pueden ver en cada esquina y muro de la Cañada. Las siglas UFP (Unión, Fuerza y Poder) están omnipresentes, pero también otros dibujos más artísticos que representan la fuerza, el sometimiento y la enemistad. Es el caso de un mural que puede verse en la Carretera de Hidum, cerca del parque de la Cañada, donde los vecinos del barrio y los niños, sobre todo, hacen su vida social.

En ese muro que encierra un solar abandonado hay dibujado un hombre armado con un machete cortacañas y un perro peligroso en posición amenazante. El autor también representó en su obra un coche quemado y una serie de “banderas de la vergüenza”, entre las que están la de España, la de Israel y la de Estados Unidos. El conflicto palestino también está ilustrado en esa pared de la Cañada mediante una bandera y un niño haciendo el signo de la victoria.

Loading

Redacción

Más información

Scroll al inicio

¿Todavía no eres Premium?

Disfruta de todas
las ventajas de ser
Premium por 1€