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Consternación e indignación

Lo que más indignó a todos es que el conductor se fugara del lugar los hechos cuando aún el cuerpo de Carlos yacía sobre la carretera tras ser arrollado Son las dos palabras que mejor pueden calificar lo que han sentido muchos melillenses tras el trágico suceso ocurrido la mañana del domingo en la calle Méjico cuando el conductor de un todoterreno, que según nuestras informaciones no solo triplicaba la tasa de alcohol máxima permitida en sangra sino que la superaba en siete veces, arrolló a un ciclista melillense cuyo única pretensión era practicar uno de sus deportes favoritos.

De esta manera tan trágica, Carlos Huelin García vio segada su vida a los 38 años de edad. Casado y padre de dos hijos de muy corta edad, 5 y 2 años respectivamente; empleado de banca en el BBVA, con dos padres muy queridos por compañeros de profesión y por sus amigos; miembros de una familia muy querida y respetada, veía a las nueve y cuarto de la mañana del domingo 5 de marzo de 2017 truncada su existencia por la acción de un conductor que iba ebrio y lo que más indignó a todos, que se fugara del lugar los hechos cuando aún el cuerpo de Carlos yacía sobre la carretera después de ser despedido unos treinta metros y golpear contra una señal de tráfico.

De la fuerza del impacto da una clara señal la rotura del cristal de parabrisas del todoterreno BMW que conducía Faisal M.R., que ayer, al ser puesto a disposición judicial, llegaba llorando y no era menos, porque desgraciadamente con su acción destrozó las vidas de la familia de Carlos Huelin y la suya propia.

El juez que lleva el caso, tras oír su declaración y tener en cuenta elevada tasa de alcohol en sangre, el intento de fuga y la alarma social creada en la ciudad, ha ordenado el ingreso en prisión del joven de 26 años acusado homicidio imprudente, contra la Seguridad Vial y omisión del deber de socorro.

El sábado 11 de marzo, por la mañana, habrá primero una marcha y posteriormente una concentración sobre el mediodía en la puerta del Palacio de la Asamblea, para concienciar a los conductores de la importancia de respetar el espacio de los ciclistas. Ahí debemos estar todos porque, como dice en un video un ciclista de León presente en Melilla desde el lugar de los hechos, "Un metro y medio, no pedimos más". Esta petición de distancia mínima entre vehículo y bicicleta para concienciarnos a todos es su mensaje, un mensaje que deberíamos asumir todos para impedir que nunca, nadie, sufra lo que ha sufrido lamentablemente Carlos Huelin y su familia.

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