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Asignatura pendiente

Es vital establecer las bases del devenir económico de la ciudad sobre nuevos, serios y firmes pilares, como la reciente creación de la Sociedad de Desarrollo de Melilla, SODEMEL, por parte del Editor de MELILLA, Enrique Bohórquez López-Dóriga, acon el objetivo de impulsar el desarrollo tanto económico como social de la ciudad para lograr su plena incorporación en la mejor de las condiciones al siglo XXI y de esta forma contribuir a elevar el nivel de vida de los melillenses Para algunos de los que empiezan a peinar canas o incluso para aquellos que desde hace algún tiempo las peinan, la cinta “Asignatura pendiente”, primer largometraje del director español José Luis Garci allá por 1977, representó uno de los mayores éxitos cinematográficos de la Transición. José Sacristán, que desde el pasado año da nombre al premio especial de la Semana de Cine de Melilla, junto a Fiorella Faltoyano protagonizaron una de las películas que ya forma parte de una etapa de profundos cambios tanto en el séptimo arte como en la sociedad española en su conjunto.

Cierto es que para los melillenses en general una de las asignaturas pendientes de la ciudad es, sin duda, la presencia visible y patente en la calles de turistas nacionales o extranjeros. Y si bien es cierto que el Patronato de Turismo intenta con diversas medidas atraer ese colectivo tan necesario para mejorar la economía melillense, también es cierto que por causas diversas no termina de arrancar. El desplazamiento de turistas a Melilla pasa irremediablemente por el abaratamiento de los precios de los transportes desde la península. Y a pesar de que la competencia por vía marítima de tres importantes navieras como Trasmediterránea, Armas y Baleària, está provocando un descenso del transporte para los residentes en Melilla que se desplazan a los puertos peninsulares próximos, también es cierto que por vía aérea se mantenga en vigor el repetido comentario de que para un foráneo resulta más caro volar de un día a otro desde el aeropuerto madrileño al melillense, que realizar el enlace Madrid Nueva York, si es programado con anticipación.

Ayer el presidente de la Ciudad Autónoma, Juan José Imbroda inauguraba oficialmente en Málaga, en la carpa instalada en la céntrica plaza de la Marina, el mayor despliegue promocional de Melilla en la capital malacitana de las últimas décadas. “Universo Melilla” que es como se llama la inIciativa liderada por el Patronato de Turismo con colaboración de varias áreas del Gobierno local e incluso del Ayuntamiento y la Diputación de Málaga. Se trata de un nuevo intento, como dijo Imbroda, de reforzar a través de los lazos que unen históricamente ambas ciudades y de la ampliación del conocimiento de la ciudad de atraer la presencia de malagueños y turistas en Melilla. La muestra presentada hasta el próximo domingo recoge desde la época fenicia y romana hasta la actual con un despliegue de exposiciones, muestras sobre las costumbres, arquitectura o interculturalidad y un resumen de los eventos melillenses más destacados, entre otros elementos informativas. Todo eso muy bien, pero recoger los frutos de todo ese tipo de promociones, si no van acampañadas del real abaratamiento del transporte marítimo y aéreo, está demostrado que de poco sirve.

Y además esperar que la pata del turismo por muy bien que fuera, soporte la silla de la economía de Melilla de cara al futuro, es más que irreal. Por tanto, es vital establecer las bases del devenir económico de la ciudad sobre nuevos, serios y firmes pilares, como la reciente creación de la Sociedad de Desarrollo de Melilla, SODEMEL, por parte del Editor de MELILLA, Enrique Bohórquez López -Dóriga, con el objetivo de impulsar el desarrollo tanto económico como social de la ciudad para lograr su plena incorporación en la mejor de las condiciones al siglo XXI y de esta forma contribuir a elevar el nivel de vida de los melillenses. De ahí, la importancia de definir “Qué melilla queremos, -decía Bohórquez-, para el año 2025, sabiendo que esa Melilla , sin duda, va a ser muy distinta de la actual”, y adelantaba parte de los pasos necesarios para conseguirlo, como la necesidad de determinar el catálogo de propiedades públicas que son privatizables, facilitar la constitución de nuevas empresas, especialmente en aquellos sectores que están siendo o pueden ser privatizados, eliminar la mayoría de los inmensos obstáculos burocráticos que hoy padece la ciudad y desarrollar Melilla junto a su entorno marroquí. En definitiva, sentar las bases de una sociedad desarrollada y próspera para una Melilla mejor.

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