El próximo sábado, el Melilla Baloncesto se medirá a la Unión Financiera Baloncesto Oviedo, en una de las salidas más complicadas de la temporada para el decano, que llega a este encuentro tras acumular dos derrotas consecutivas. Sobre la importancia de este partido habló el jugador Kevin van Wijk, que regresará a la que fuera su cancha la pasada temporada. Para el jugador holandés del decano, el hecho de sumar dos derrotas consecutivas, hace que el partido en tierras asturianas sea una final para intentar aferrarse a los puestos que dan opciones a jugar los Play-Offs de ascenso. “Somos conscientes de que tenemos que afrontar cada partido como una final, tal y como hemos hecho en este último mes”, volviendo a resaltar la importancia del partido, “porque no podemos fallar más por la forma en la que se está comprimiendo la clasificación en la lucha por los Play-Offs, tanto por la parte alta como por abajo. Es un partido muy clave para nosotros”.
“Hemos hablado de intentar ayudarnos los unos a los otros, y de los fallos que cometemos, porque si tú aportas lo bueno al equipo, también ayudas al compañero”, indicó el jugador sobre cómo está afrontando el equipo esta situación.
Para intentar volver a la senda de la victoria, Van Wijk aseguró que el Melilla Baloncesto tiene que volver a ser el equipo duro e intenso en defensa que demostró en el inicio de la segunda vuelta. “Nuestra clave siempre ha sido la defensa y, cuando tuvimos la buena racha, siempre que ganábamos estábamos sobre los setenta puntos. Para poder jugar bien en ataque, en defensa tenemos que ser más duro, y es algo en lo que hemos trabajado durante esta semana”.
Y es que, vencer en una cancha como Pumarín no será una empresa fácil, explicó el alapívot del conjunto azulino. “Es una cancha muy difícil y ante un rival que juega muy bien en su casa, por lo que tenemos que estar los cuarenta minutos concentrados en defensa, porque el Oviedo también tiene que ganar para seguir peleando por estar lo más arriba posible”.
Por ello, Van Wijk insistió en que lo más importante es luchar los cuarenta minutos, sin que el Oviedo pueda respirar un segundo. “El rival contará con el ‘Efecto Pumarín’, y si está seis o siete puntos abajo, es capaz de remontar muy fácilmente”, concluyó.
