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BALONCESTO - LEB ORO

El Melilla Baloncesto asalta Pumarín (62-73)

Los melillenses casi siempre fueron por delante en el marcador
(Autor: EL COMERCIO)

En un partido con muy poco acierto en el tiro exterior y una pelea bajo los aros que ganaron los visitantes, el equipo de Alejandro Alcoba supo sufrir y sacar provecho de las carencias asturianas, especialmente la falta de su base, Dani Pérez, que tan solo estuvo dos minutos en pista.

El Melilla Baloncesto asaltó ayer Pumarín y eliminó el efecto mágico del pabellón ovetense, que vio a los suyos caer por 62 a 73. En un partido con muy poco acierto en el tiro exterior y una pelea bajo los aros que ganaron los visitantes, el equipo de Alejandro Alcoba supo sufrir y sacar provecho de las carencias asturianas, especialmente la falta de su base, Dani Pérez, que tan solo estuvo dos minutos en pista.
Los melillenses lograron finalizar el primer cuarto por delante, gracias a un triple casi sobre la bocina de Marcos Suka, que llevó el marcador a 16-19 tras diez minutos en los que la falta de acierto de los locales evitó que se pasase de una diferencia de seis a favor del Oviedo. Mouha Barro fue el encargado en las filas asturianas de ocupar el cinco y no pudo detener el poder reboteador del decano, con Van Wijk muy motivado en su regreso a Pumarín. La igualdad fue la nota dominante del periodo.
El ex azulón Hernández Sonseca sostuvo al Unión Financiera en el inicio del segundo acto, con Héctor Manzano destacando en los de Alcoba, que mantenían una renta que llegó a ser de cinco puntos, pero sin lograr despegar al rival. Suka se erigía en líder anotador en los minutos centrales del periodo, pero la cara del Oviedo cambió con la entrada de Dani Pérez, tanto en el juego como en el ánimo. Dos Anjos pudo poner por delante de nuevo a los carbayones, pero falló incomprensiblemente y permitió a Edu Gatell poner la distancia en tres puntos al llegar al descanso, 30 a 33.
En el inicio de la segunda parte, Pablo Almazán estrenó el electrónico con dos tiros libres. Tan buena noticia como mala fueron las dos faltas consecutivas de Van Wijk que le ponían en cuatro con casi medio partido por jugar. Por suerte para el equipo de Alejandro Alcoba, el Oviedo salió sin Dani Pérez, perdiendo la dirección y el espíritu. Lo supo aprovechar el cuadro melillense, que se fue nueve arriba (38-47) antes de que Carles Marco pidiese un tiempo muerto para intentar frenar el despegue visitante. Sin poder recurrir a su base titular, la solución la encontró el Melilla Baloncesto, que aumentó su ventaja y dio muestras de una clara superioridad, dejando a los asturianos en nueve puntos en el tercer cuarto.
Manzano, quién si no, abrió el periodo final y volvió a presentarse como el líder de un grupo que ya sólo tenía que mantener una cómoda ventaja. Sobre todo, porque el Unión Financiera no daba sensación de ser capaz de recuperarse. Los ovetenses recurrieron a su arma más peligrosa, ese ‘efecto Pumarín’ que levanta los encuentros cuando se complican. Y pareció que iba a dar resultado, pues la grada se vino arriba y el marcador abajo, pasándose de 16 de diferencia para el Melilla Baloncesto a solo seis.
A los dos últimos minutos se llegó con nueve puntos de renta para los de Alejandro Alcoba y el Unión Financiera apretando, aunque desacertado, lo que favoreció la reacción melillense, que finalizó con once puntos de diferencia un duelo que se antojaba de antemano muy complicado.

UNIÓN FINANCIERA OVIEDO: Mouha Barro (13), Fabio Santana (5), Miquel Salvó (6), Manu Rodríguez, Paul Jesperson (12) -cinco inicial-, Dani Pérez, Carlos Martínez (2), Johan Löfberg (5), Víctor Pérez, Felipe dos Anjos (7), Edu Hernández-Sonseca (10) y Agustí Sans (2).

MELILLA BALONCESTO: Jorge Sanz (4), Pablo Almazán (9), Alfredo Ott (4), Kevin Van Wijk (9), Oliver Arteaga (13) -cinco inicial-, Edu Gatell (5), Héctor Manzano (14), Eloy Almazán (4), Pelayo Larraona, Marcos Suka (11) y Massine Fall.

Carles Marco: “No dimos nuestra mejor versión”

Para el técnico de Oviedo se trató de “un partido trabado, en el que no dimos nuestra mejor versión. No salimos con la energía que necesitábamos ante una plantilla mejor. Ellos salieron con más dureza y más hambre, y se vio desde el primer momento que iban a por el encuentro. No ofrecimos soluciones en ataque y perdimos el rebote. En el tercer cuarto se rompió el duelo porque Melilla estuvo un poquito más acertado, sin estarlo mucho, y nosotros no”. Ya en el último acto, Carles Marcos cree que “fue un querer y no poder. Hay que hacer más, nos está faltando chispa”.

Alejandro Alcoba: “La clave, en el bloqueo directo”

Para Alcoba era “un partido importante y difícil, con el ambiente que se crea y lo bien que trabaja el Oviedo, muy compensado”. Sobre el choque, comentó que “en el primer y en el segundo cuarto, sobre todo con Arteaga, generamos mucho. La clave fue el bloqueo directo, consiguiendo sacar el balón de ese bloqueo y moverlo con fluidez. Dominamos la finalización cerca del aro”, resaltó.
El tercer cuarto considera que fue “otro partido. El equipo estuvo muy bien y cerramos el rebote. Llevamos al Oviedo a porcentajes muy bajos”. Y en lo que concierne al último, incidió en que “vino la reacción del público y del rival y nos hizo dudar, pero con Oli en el poste bajo logramos la victoria”.

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