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Los melillenses caen rendidos ante el rock y la infatigable energía de Danza Invisible

Danza Invisible fue la banda encargada de poner el broche final a la Carrera Africana. El grupo malagueño consiguió meterse a cientos de melillenses en el bolsillo con rock noventero, su música desenfada y, sobre todo, con mucha energía y simpatía. La banda telonera, los melillenses que integran Bajo Sospecha 2.0, también consiguieron animar al público con versiones de canciones de todas las épocas. La Ciudad, además, proyectó un video mapping para invitar a sus espectadores a «sentir» Melilla.

La jornada de ayer terminó con una gran fiesta en la Plaza de las Culturas. Cientos de personas, de todas las edades, disfrutaron de las actividades que había programadas para poner el broche final a una carrera en la que, un año más, se han volcado melillenses y personas de todos los rincones de España.

Para despedir la Africana como se merece, la noche comenzó con la actuación de la banda melillense Bajo Sospecha 2.0. El grupo cantó un batiburrillo de canciones que consiguió animar a niños, jóvenes y mayores. Ante un público entregado, cantaron temas de artistas tan variopintos como Raphael, Maná o Fito y Fitipaldis.

El concierto de la banda melillense sólo fue interrumpido para disfrutar de la proyección de un video ‘mapping’. A través de animación audiovisual proyectada sobra la fachada del Casino Militar, se intentaba transmitir el carácter marítimo, la multiculturalidad y la transformación experimentada por la ciudad norteafricana. “Siente Melilla”, avisaba al inicio de la visualización, cuando los ojos de los melillenses esperaban expectantes a que diera comienzo el vídeo.

Pero la guinda del pastel la puso la mítica banda malagueña Danza Invisible. Infatigable, consiguió trasmitir su buena energía, sus ganas y su rock a los cientos de melillenses que, pese al frío, no quisieron perderse el concierto por nada. Arrancó la actuación con ‘Bodegón’, uno de los temas noventeros y desenfadados de los que el público estaba deseando escuchar. El líder del grupo, Javier Ojeda, no dejó de interactuar con la gente que le observaba desde abajo del escenario. Incluso, llegó a colocarse un gorro de militar que le prestó un soldado. “Arriba legión”, gritó alegre.

Además de por su voz y su energía, Danza Invisible sigue ganándose a la gente por su simpatía sobre las tablas. Anoche, la banda se metió en el bolsillo a los melillenses en un concierto que, como no podía ser de otra forma, alcanzó su punto más álgido con el de sobra conocido tema ‘Sabor de amor’, en el que el público se dejó los pulmones para acompañar al grupo malagueño.

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Irene Quirante

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