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El cardenal Rouco Varela ha marcado toda una época en la historia de la iglesia española, que ha presidido durante 9 años

Cardenal Rouco Varela, el oficio de la fe

Cardenal Rouco Varela y Papa Benedicto XVI

En una respuesta al escritor José Mª Zavala en el libro Alto y Claro, conversaciones con Antonio Mª Rocuo Varela, el cardenal español dice: "el oficio marca o debe marcar a la persona. Y si hay un oficio en la vida de un hombre español nacido en el seno de una cultura y de una familia cristiana, es la de sacerdote u obispo. Si eso no es así, mala cosa. Puede haber cierta dicotomía entre vida privada y pública n otras profesiones, pero en la profesión de obispo no es posible, y en la de sacerdote tampoco debería serlo. Cuando me nombraron obispo siendo aún joven, me di cuenta enseguida de que si en mi vida sacerdotal y de profesor quedaba algún tiempo para modelarlo privadamente, lo había perdido para siempre".

Este es el oficio de la fe, que es a la vez sustantivo y verbo. A cualquiera le gustaría ir al monte y encontrarse una zarza ardiendo que habla, o que la Panagia María Teotokos nos dirija la palabra desde lo alto de una encina, o que en un camino perdido, alguien nos llame la atención y al preguntarle ¿Adónde vas?, resulte ser el mismísimo Jesucristo. Pero esas cosas no suceden.

Lo normal es profesar el oficio de la fe en medio del mundo, sin grandes acontecimientos, en medio del ensordecedor ruido del mundo, y sin demasiados atractivos, en comparación con lo que ofrece cualquier otra profesión.

El cardenal Rouco Varela ha marcado toda una época en la historia de la iglesia española, que ha presidido durante 9 años, aunque en dos etapas diferentes, la primera bajo la presidencia de José Mª Aznar, y la segunda con José Luis Rodríguez Zapatero. En Democracia, los tiempos con mayores roces entre Iglesia y Estado se producen con gobiernos de derechas. En sus reflexiones valora como "muy positivas las relaciones con el gobierno socialista de Felipe González", tiempo durante el cual Juan Pablo II visitó hasta tres veces España. Continuistas sin mayores precisiones con los gobiernos de Aznar, y más fructíferas con el gobierno de Zapatero en materia económica, salvo por el escollo de la asignatura de "Educación para la Ciudadanía". La Educación sigue siendo el gran caballo de batalla en España.

El cardenal trae a colación una cita muy aclaratoria de Lenin en la que decía: "Si queréis que domine a un pueblo, no me deis el Ministerio de la Guerra, dadme el de Educación". Esta precisión, muy oportuna, vale para todos, y con ella se entiende la feroz lucha en el campo de la educación. Sin embargo, el cardenal Rouco afirma que "no debe imponerse nada, ni siquiera la religión"
Para Rouco Varela "la Iglesia debe solo mirarse a sí misma" y mostró su independencia cuando no firmó el "pacto antiterrorista" propiciado por PSOE y PP en 2001, en una de las etapas más duras de azote terrorista en España, y con él mismo al frente de la Conferencia Episcopal (1999-2005). El cardenal Rouco rechaza la división entre conservadores y progresistas dentro de la Iglesia, porque no son parámetros válidos para describir su vida interna. Ha conseguido vivir y manifestarse solo en clave de iglesia, y eso que responde a cualquier pregunta que se le plantea. Como en muchas otras personalidades de primera línea, hay una gran distancia entre la imagen que se transmite y la realidad de la persona. Como él mismo dice: "es muy difícil conocer a todas las personas que nos rodean, incluida la propia familia".

Joseph Ratzinger, Antonio Mª Rouco y el Papa español
Nunca podrá decirse la última palabra de nada, escribía Ludwig Wittgenstein y estaremos siempre lejos de tener todas las claves de algún acontecimiento, aunque seamos testigos del mismo. Solo cuando se profundiza en un tema, empieza a entenderse algo. Hay una anomalía en el mundo católico romano, y es la ausencia de un Papa español, pese a ser la 2ª nación más católica del mundo, hasta hace pocas décadas.

El cardenal Rouco estudió Teología en la universidad de Munich entre 1966-1969. Por aquellos años, Joseph Ratzinger era profesor en Tubinga. Quizá en aquel momento o posteriormente pudieron iniciar la amistad que mantienen. Poder entenderse con el Papa alemán en su propia lengua, es una gran ventaja.

Hay una frase de Benedicto XVI, al ser preguntado por el periodista Seewald, que me intrigó cuando la leí. Hacía referencia acerca de a quién esperaba como su sucesor: "No esperaba a alguien en concreto, pero sí a otra persona. No pensaba que Bergoglio se encontrara entre los principales candidatos. Ya no se oía hablar de él".

Solo ahora creo intuir a quién podía referirse esa frase. Al menos a uno de los nombres a los que esperaba Benedicto XVI. Antonio Mª Rouco Varela es cardenal elector, pero ya no es elegible. El Papa Juan Pablo II le dispensó una especial atención y consagró en 1993 la catedral madrileña de La Almudena. Con Benedicto XVI sucedió otro tanto, despidiendo casi su pontificado en la Jordana Mundial de la Juventud en 2011 en Madrid, con el cardenal Rouco al frente de la Iglesia española. Sin embargo, poco se puede hacer frente a la presencia del elector invisible.
"Todos somos pecadores. El hecho de que uno trate de afirmar a Dios en su vida no significa necesariamente que se crea en Él. Si una persona es consecuente no hará daño al prójimo". Esta es su gran frase, que escogemos para acabar temporalmente esta serie de artículos. Vivimos regidos por las letras Alfa y Omega, principio y final. Han sido 10 semanas consecutivas de las que extraigo una consecuencia clara: las reticencias para los cambios y la intolerancia se encuentra más del lado de los clericales, que de la propia Iglesia.

Por Enrique Delgado

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