Desde su puesta en marcha el 12 de julio de 2011, la línea de Motril goza de buena salud a juzgar por sus resultados. Nuestros lectores lo pueden comprobar en esta edición de MELILLA HOY, donde traemos desglosados los datos del tráfico de pasajeros y vehículos que han registrado nuestras tres conexiones marítimas desde 2011 hasta 2015. Las estadísticas las hemos recogido de las memorias anuales que elabora y publica la Autoridad Portuaria, que están al alcance de todo el mundo en su página web. En esos estudios aparecen recogidos los datos del tráfico de pasajeros y vehículos de las tres líneas en sus dos sentidos. Lástima que aún no se haya publicado la memoria correspondiente al año 2016, ya que el análisis podría haber sido más actualizado. Pero de todos modos, resulta interesante comparar los resultados que han ido obteniendo en los últimos años las tres líneas marítimas desde la llegada de la competencia a nuestro puerto. Y es, además, muy oportuno en un momento en el que este asunto está tan de actualidad por la salida a contratación del contrato marítimo de las dos conexiones declaradas como Obligación de Servicio Público, es decir, la de Málaga y la de Almería.
Como ocurriera en el anterior contrato, desde Motril y Granada han alzado la voz porque quieren que la línea marítima que conecta su puerto con el de Melilla sea incluida en el contrato marítimo impulsado por el Ministerio de Fomento. Aseguran, como ya hicieron años atrás, que si no se garantiza la ruta mediante una Obligación de Servicio Público, se correría el riesgo de que pudiera desaparecer esta conexión.
Ya hemos hablado otras veces de que esa declaración de servicio público no se puede llevar a cabo mientras esté cubierta la línea, y también de la diferencia de intereses que se puede palpar en ambas orillas, puesto que en Granada lo que les mueve es el interés por proteger lo que para ellos se ha convertido en la gallina de los huevos de oro, mientras que en Melilla lo que nos mueve es el interés por tener más puentes hacia la península. Es decir, no dar pasos atrás en nuestra conectividad con el resto del país y la competencia instalada en nuestro puerto, que tantas alegrías nos ha dado.
Pero en este Editorial queremos ir al fondo de la cuestión, a la advertencia que hacen desde Motril y Granada sobre el riesgo que corre esa línea marítima. ¿Realmente puede estar en peligro una conexión que, a la vista de los resultados que está dando, ha sido la más utilizada en los dos últimos años de las tres que hay en Melilla, y es desde su implantación líder indiscutible en el tráfico de vehículos? Parece improbable, y menos aún si se tiene en cuenta que la aceptación de los usuarios hacia la compañía que la opera, la Naviera Armas, no decae, sino que va cada día a más por la buena calidad de servicio y precios asequibles que ofrece a quienes quieran viajar de Motril a Melilla y viceversa. Los datos quitan la razón a quienes, probablemente, intentan conseguir algo mediante miedos infundados.
