Los vecinos del barrio del Real, sobre todo los que habitan en las viviendas de los edificios y los conjuntos de chalets ubicados en la calle General Villalba, son los otros damnificados por el cierre de la frontera de Farhana durante el sábado y el domingo por las obras de remodelación que se realizan en la misma. Ante el taponamiento que sufre el puesto fronterizo de Farhana durante el fin de semana, el número de vehículos que intentan pasar por la aduana de Beni-Enzar se multiplica. Así las colas para acceder a Marruecos a lo largo de gran parte de la jornada, sobre todo desde la mañana hasta primera hora de la tarde, prácticamente bloquearon esta vía y muchos vecinos tuvieron serias dificultades no solamente para circular, sino para poder llegar a sus hogares.
Sobre todo en los casos en los que iban a bordo de vehículos, en los que el acceso a sus respectivos garajes se convirtió en gran parte del día en tarea imposible.
El mayor caos se originó durante una buena parte de la jornada y con unos conductores que se dirigían al puesto de Beni-Enzar que quisieron expresar el nerviosismo que les provocaban las largas esperas, sonando continuamente el claxon.
No sabían, o no querían entender, que la frontera de Farhana estará cerrada hasta las siete de la mañana del lunes y la coincidencia con la llegada de los barcos con pasajeros magrebíes que se dirigen a su país y de forma constantemente con pitadas que no servían para aligerar las filas y en cambio hacían pasar un trago amargo a los vecinos, que soportaron gran parte de la jornada los molestos bocinazos. O cerraban todas las puertas y ventanas de sus casas o aguantaban como podían el continuar sonar del claxon.
