Ayer comenzó a impartirse en Melilla la segunda edición del “Seminario Internacional sobre Menores No Acompañados a través de las Fronteras”. Según explicaron las codirectoras del mismo, a través de las ponencias se pretenden analizar aspectos fundamentales que “no obtienen respuestas”. Sostuvieron que estamos hablando de menores que requieren una atención “muy personalizada” y que, a su parecer, deben de ser vistos como niños, “no como inmigrantes ni extranjeros ni vándalos”. Ayer se inauguró en la ciudad el «II Semanario Internacional sobre Menores No Acompañados a través de las Fronteras». El ciclo de conferencias que mañana finaliza está dirigido por Sagrario Segado, del área de Trabajo Social de la UNED, y Marit Sikivenes, catedrática en la universidad noruega de Bergen, que participa en un programa europeo sobre estos menores.
Segado explicó que el curso pretende analizar aspectos «que son fundamentales y no obtienen respuesta». Por un lado, concretó, este curso servirá para abordar cuál es el papel del Estado en cuanto al tratamiento que reciben estos menores. Un papel que «no siempre se cumple», como subrayó la codirectora del ciclo de ponencias.
Por otro lado, el seminario tratará la actitud de la población hacia los niños y adolescentes extranjeros no acompañados. «Lo que opina la ciudadanía ejerce una influencia directa sobre las políticas de Bienestar», aseguró Segado. Aunque apuntó que «podemos imaginar» que los ciudadanos no están de acuerdo con la llegada de menores extranjeros sin la compañía de adultos, aclaró que «no tenemos datos científicos».
Por todo ello, uno de los objetivos principales de este ciclo de conferencias es «avanzar un poco más en las medidas de protección sobre estos menores». Subrayó Segado que son chicos que están «desprotegidos», ya que se encuentran en un país sin familiares que le acompañen y que, «además, son extranjeros».
Entre otros datos, la codirectora afirmó que en Europa hay «al menos» dos millones de menores extranjeros no acompañados de adultos, aunque se desconoce la cifra exacta de niños que llegan al continente sin sus progenitores. Según subrayó Segado, el flujo de inmigrantes y extranjeros ha aumentado de manera exponencial en los últimos años en Europa, ya que «hemos pasado de 70 millones en 2013 a 76 millones en 2015». De ellos, siete millones y medio son niños extranjeros, según estima las Naciones Unidas.
Actuar con los menores
Para la codirectora del seminario Marit Sikivenes, la clave es «pensar que son niños, no inmigrantes, ni extranjeros». Ni tampoco «vándalos». Aseguró que, a su parecer, «quizá la forma más efectiva para conseguir cambios con estos menores» es tratarlos de la misma manera que los servicios asistenciales tratan a otros menores nacionales. «Sería la forma más fácil y económica», subrayó.
Como recalcaron las responsables del ciclo de ponencias, estamos hablando de niños que requieren de «una atención muy personalizada» por parte de un equipo de expertos interdisciplinar.
Asimismo, Segado agregó que, pese a que Marruecos «no acepte su responsabilidad, algo tenemos que hacer» con los menores que llegan del país vecino «para que este problema no nos desborde». Aunque apuntó que desde el Ministerio de Exteriores tendrán que trabajar en materia de relaciones internacionales, «de momento esto es lo que hay», refiriéndose a que tanto la Ciudad como el Gobierno Central tienen que dar respuesta a las necesidades de estos menores y trabajar para su integración.
