Hace unos días celebramos las bodas de oro de mis padres, Antonio y Victoria, una efeméride al quehan llegado después de haber pasado muchos días -uno detrás de otro- buenos, mejores, malos, regulares…, pero que han ido pasando y ahí siguen, después de 50 años, juntos y tan felices. Tus hijas, María y Vito, os deseamos muchas felicidades y que continuéis unidos y tan enamorados como actualmente muchos años más.