La fiscal de Menores de Melilla, María Isabel Martín, fue una de las ponentes que ayer intervino en la última jornada de la segunda edición del «Seminario Internacional sobre Menores No Acompañados a través de las Fronteras». Según puso de manifiesto ante los medios de comunicación, no es cierto que en La Purísima se esté dando una situación de maltrato continuada hacia los menores acogidos. Aseguró que son «leyendas urbanas» y que, aunque la Fiscalía sí ha recibido denuncias de menores a trabajadores del centro por presunta discriminación, la mayoría de ellas se han terminado archivando por falta de pruebas. La fiscal de Menores de Melilla, María Isabel Martín, aseguró que «no es cierto» que en el centro de acogida La Purísima «exista una situación de maltrato continuada». Según sostuvo en declaraciones a los medios, esto es algo que «nunca» consentiría el órgano jurídico. De hecho, calificó de «leyendas urbanas» aquellas afirmaciones que hablan de agresiones y de conductas discriminatorias hacia los menores no acompañados acogidos.
«Es cierto que existen denuncias de menores a educadores o a otros menores, pero la mayoría de ellas se archivan porque, tras numerosas investigaciones, no quedan probadas», explicó Martín. Sin querer profundizar en casos concretos que actualmente se están investigando, afirmó que hay procedimientos en los que los menores refieren haber sufrido algún tipo de discriminación en el centro.
No obstante, insistió en que «esas denuncias, en la mayoría de los casos», no llegan a judicializarse. «Algunas sí, porque son muchos niños», puntualizó, pero siempre incidiendo en que el volumen de estos procedimientos es mínimo. Según señaló Martín, en la Fiscalía se encuentran con que muchos de los menores no quieren continuar con su denuncia o con que no se reúnen las pruebas suficientes como para continuar con la causa.
«La Fiscalía de Menores cuenta con mecanismos legales para que, en el caso de que viésemos que se está dando una situación de maltrato, llegar incluso a instar el cierre del centro aplicando el artículo 158 del Código Civil», declaró Martín.
El informe de Harraga
Por otro lado, la integrante del Ministerio Público confirmó que muchos de los informes que hablan sobre maltrato a menores no acompañados en Melilla también dan lugar a que se desarrollen indagaciones desde la instancia judicial. Concretamente, Martín se refirió al trabajo de la asociación Harraga para aclarar que se encuentra actualmente en fase de investigación. «Es uno de los casos que está en proceso. Podría terminar por archivarse o por llegar a juicio», apuntó. «Algunos (de estos informes) sí se judicializan, pero son los menos», reconoció Martín.
Nombres y hechos concretos
«En ocasiones es complicado. Hay que denunciar casos concretos y necesitamos nombres y apellidos de los menores a los que se está maltratando, así es como podemos investigar. Es necesario acreditar que esto ocurre porque estamos hablando de penas de prisión. Para ello tiene que quedar demostrado que hay un delito», subrayó la fiscal de Menores.
Inspecciones en La Purísima
«Cuando vamos a La Purísima lo que vemos es que (a los menores) sí se les están sufragando todas las necesidades», incidió Martín.
La Fiscalía de Menores de Melilla realiza inspecciones cada mes al centro para comprobar que los niños reciben un tratamiento adecuado y que sus necesidades están cubiertas. «Muchas veces vamos sin avisar porque nos cuadra la mañana, aunque tampoco es que lo hagamos con afán sorpresivo», explicó.
Aseguró la fiscal que estas visitas al centro de acogida suelen ser “muy gratas». Allí se reúnen con el director, el subdirector y preguntan a los menores «si quieren hablar con nosotros». No obstante, sostuvo Martín que los niños saben de sobra «que tienen las puertas de la Fiscalía abiertas» siempre que quieran dar parte de un presunto delito.
