La España del trabajo, la ciencia, el arte, el servicio, la utilidad y el PRESENTE, siempre ha estado secuestrada, por la barbarie, la ineptitud y el engaño, de todo aquello que dijo gobernarla, administrarla y liberarla, dándole un FUTURO a cambio.
El último gesto de esta mascara, que a través de la Historia, siempre suplanto’ la cara noble, inocente y laboriosa, de un PUEBLO gentil, creativo y heroico, ha sido, el mal llamado “cambio”.
Alguien gesticulante, en aquella marea organizada de triunfos personales y aplausos colectivos, grito’ con acento rimbombante nacido del más rimbombante espasmo triunfalista: ¡VAMOS A CAMBIAR A ESPAÑA QUE NO LA VA A CONOCER NI LA MADRE QUE LA PARIO¡…
Si ese grito lo origino’ la exaltitud “ganadora”, lo refrendo’ después el silencio perdedor. …”Ni la madre que la pario’”…..El autor de tan inoportuna, chabacana y mal sonante expresión, no estando exento de razones, sin embargo no suponía, una diversidad de contenido, en lo que el anuncio’ como unidad totalizadora. Porque esa Madre, que pario’ a tantos hijos del mar, de los campos, de las fabricas y talleres, de los comercios y batallas; esa madre de los hogares y las aulas…esa madre del trabajo, la entrega y el servicio, la defensa y la educación, la salud y la fe en sí misma, a esa madre la siguen conociendo sus hijos.
Sin embargo a la que no conocen, como clamaba el vociferante oraculista, exaltado componente de un éxito organizado, no es otra, que a esa del político, adulador, corruptos y tantos hijastros, concebidos no por un coito normal y humano, sino por una impuesta fornicación de falsos e interesados amoríos.
Se eligieron, no como hijos, y si como hijastros de una ventajosa madrastra, sin otro parentesco, que el poder, el engaño, la prepotencia y la avaricia Esa “madre”, que suplantando a la otra, hoy campa por sus fueros, convirtiendo un hogar común en un reducto amañado de ventajistas y falsos cuidadores.
Buenos días y buenos hijos.
