El próximo lunes empezará el juicio del caso Ángelo en la sede de la Audiencia Provincial en el que las nueve personas que conformen el Jurado Popular deberán dictaminar en base a las pruebas periciales y testificales la culpabilidad o no del melillense de 31 años de edad T.M.A. y de su amigo que le acompañaba en el momento de los hechos, -acusado de encubrimiento- en la muerte del joven de 25 años de edad S.O.A. en enero de 2015. Mientras el fiscal y la acusación aseguran que aquella noche T.M.A., tras "amedrentar" a los amigos del joven fallecido, fue y disparó "a quemarropa" a S.O.A., la defensa del principal acusado señala que pretendía "empujarle" y que de forma "accidental" la pistola "se disparó". La sala de la Audiencia Provincial de Málaga con sede en Melilla acogerá desde este lunes hasta final de la semana si fuese necesario, el juicio sobre la muerte del joven de 25 años de edad S.O.A., que falleció tras recibir un disparo en el costado la madrugada del 23 al 24 de enero de 2015 cuando se encontraba con dos amigos en el Pub Ángelo.
Tal y como adelantó este periódico a mediados del pasado mes de febrero, en la causa están acusados un melillense de 34 años de edad que responde a las iniciales de T.M.A. como presunto autor del disparo que acabó con la vida del joven y un amigo del principal acusado que le acompañaba aquella noche por un delito de encubrimiento por el que le piden 3 años de prisión.
El juicio se llevará a cabo mediante la figura del Jurado Popular, que estará compuesto por nueve personas y que deberán decidir en base a las diferentes pruebas testificales, periciales y documentales la culpabilidad o no de T.M.A. y el amigo que le acompañaba la noche de los hechos.
"A quemarropa" contra el joven fallecido
Según la versión del Ministerio Público y la acusación particular, el joven fallecido junto a dos amigos vinieron a Melilla desde Marruecos para salir por la ciudad y tras estar en otro establecimiento sobre las 2,00 horas de la mañana del 24 de enero entraron al Pub Ángelo.
Dos horas más tarde llegarían los dos acusados junto a dos personas más al bar. En apenas ocho minutos, el principal acusado saldría del bar y entraría tres minutos después tras "dar una patada a la puerta de acceso" con un perro de gran tamaño y una pistola "cuyas características habrían sido modificadas" y que contaba con un silenciador.
Posteriormente, el principal acusado cargaría la pistola con munición del calibre 22 y la dejaría preparada para disparar. Así, con la pistola se acercaría a uno de los amigos del fallecido y con "ánimo de amedrentarlo" le encañonó, sin disparar, en la nuca y lo golpeó en la cabeza. Esta situación provocó, según las acusaciones, un "sentimiento de miedo por su vida y su integridad física".
Posteriormente, se acercaría al joven fallecido, a quien golpeó hasta en dos ocasiones en la cabeza y a otro amigo a quien también golpeó una vez pero a ambos sin apuntarle directamente.
Fue después, según la versión del fiscal y la acusación, cuando volvió a dirigirse al joven fallecido colocando el arma en el costado izquierdo y disparando "a quemarropa", sin dar margen para defenderse.
Posteriormente el segundo acusado inmediatamente le quitó la pistola y, con el fin de que no se encontrara el arma, la metió entre sus ropas para que no la pudieran ver el resto de personas del local y salieron ambos acusados del pub.
Por accidente y bajo los efectos de las drogas
La versión que respalda el letrado de la defensa de T.M.A. añade que antes de que el acusado se acercase al joven fallecido y sus amigos, éstos habían increpado al acusado y niega que su defendido quisiera acabar con la vida del joven.
Según indican desde la defensa, S.O.A y sus amigos estaban "muy bebidos" y hacían "gestos desafiantes y amenazantes" al principal acusado. T.M.A. pensó que "se burlaban de él y de que lo amenazaban", motivo por el que quería pedirles explicaciones. Para ello salió del bar y regresó con el perro y la pistola enseñando el arma para, reconoce, "intimidarlos".
La defensa admite que se acercó a los amigos de S.O.A. y los golpeó en la cabeza. Sin embargo, asegura que si bien golpeó al joven que finalmente falleció, a éste "le dio en el costado con el arma que portaba en su mano derecha", pero "con intención de empujarle". Así, según la defensa, "de forma accidental" la pistola "se disparó" provocando el fallecimiento del joven.
Después, el principal acusado se marchó a casa de un amigo en Marruecos y cuando se recuperó y superó el síndrome de abstinencia, dado que sufría una adicción a las drogas, volvería a Melilla para confesar.
Hasta 22 años de prisión
Por lo ocurrido, el Ministerio Fiscal pide 13 años de prisión por lo que considera, según la versión de los hechos que defiende, un presunto delito de asesinato. Por el contrario la defensa de T.M.A. considera que fue un delito de homicidio por imprudencia lo que reduciría la pena entre 1 a 4 años de cárcel, el incluso si fuera homicidio por imprudencia menos grave supondría una multa de tres meses a dieciocho meses. La defensa también pide que se tenga en cuenta que concurre la atenuante de reparación del daño ya que el principal acusado ha indemnizado ya a los herederos del joven fallecido. Además, la defensa señala que concurrirían, según su versión de los hechos, las atenuantes por alteración psíquica, por estar bajo los efectos de la droga y por obrar impulsado por un miedo insuperable.
La fiscalía también imputa al principal acusado un delito de tenencia ilícita de armas y de amenazas, por los tres delitos le piden un total 22 años de prisión.
