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REFLEXIÓN Y REIVINDICACIÓN

Comercio, Frontera y Ciudad Atípica

Instantánea de la frontera de Beni-Enzar, de los años 80, antes del fenómeno migratorio, cuando pasar por el puesto fronterizo apenas suponían unos minutos
(Autor: TW)

Desde la asociación Acsemel, se plantea una reflexión en torno a la incómoda y poco apropiada expresión utilizada frecuentemente de ¨comercio atípico¨. Desconocemos el origen y autor de tan desafortunada forma de denominar la actividad comercial en Melilla. Además debe ser alguien que no tuvo en cuenta, cómo funciona el comercio en Melilla desde siempre. Atípico, unido a la palabra comercio, encierra una especie de connotación, que parece sugerir un comercio raro, enfermizo, un comercio extraño, fuera de lo normal y más drásticamente, para mentes más perversas e ignorantes, comercio ilegal, ilícito o irregular.

Analicemos ésta cuestión. En Melilla tenemos y existe el comercio, con locales legales próximos a la frontera y otros más distantes, con sus correspondientes permisos de aperturas y dedicados a la venta de productos legales y fiscalizados, que presentan su declaración de la renta por la actividad del comercio y pago a la Agencia Tributaria, pago del IPSI de las mercancías, clientes que compran y comerciantes que venden, como en cualquier otro lugar de España en que exista un comercio normal. ¿Qué tiene de atípico? Simplemente nada.

En nuestros comercios vendemos productos normales y se pagan con moneda de curso legal. Sólo eso. Seria comercio atípico si vendiésemos productos, extraños o de procedencia extraterrestre. No usamos rimas en el lenguaje de la negociación ni bailamos jotas entre venta y venta. Igualmente no se nos pagan las mercancías, con trueques, a cambio de pollos, o de una recopilación de chistes graciosos. ¿Dónde está el comercio atípico?
El comercio se realiza en territorio español, en Melilla, dentro de los locales comerciales. Y una vez que los compradores pagan y salen por la puerta del establecimiento, se acabó el comercio en territorio melillense. A partir de aquí empieza la fase de traslado o transporte de la mercancía, por parte de los compradores, que nada tiene que ver con el comercio y sin relación alguna con lo que abarca y significa el término comercio.

Si, tal vez, en apariencia, existiera una dudosa cuestión que pudiéramos calificar como atípica, esta sólo podría aplicarse al modo y la forma en que la mercancía cruza la frontera, pero eso no es comercio. Luego, cada cosa en su sitio. El comercio en Melilla, no incluye su traslado a ningún sitio. Como hemos referido antes, el comercio termina con el pago de la mercancía y su entrega al comprador. A partir de aquí, queda, medio ambiente y buscarse la vida, nada de comercio atípico. Por lo tanto el uso de esta expresión, de comercio atípico, en el caso de Melilla, indiscutiblemente, está muy mal aplicada y no está bien ni es justo y recomendable decir lo que no es verdad.

Ahora bien, el hecho de que las mercancías traspasen la frontera de un modo "peculiar" (atípico) a mano de porteadores o vehículos y continuando con la reflexión, de algún modo, podemos considerar y aceptar, que este modo de actuación y funcionamiento en el transporte y paso de la mercancía al país vecino, es por así decirlo, de toda la vida, por lo tanto en este espacio de Melilla y sus zonas de influencia limítrofes no sería en modo alguno atípico, pues es lo habitual y cotidiano. Sería en todo caso, atípico, si quien lo expresa o dice se encuentra fuera de nuestro entorno, no acostumbrado a verlo y conocerlo como ocurriría en la Península o más allá y siempre refiriéndose sólo al transporte, en su paso por la frontera, incluyendo dentro del recinto aduanero.

Pero ahora ocurre que quien siempre utiliza y machaca con esta equivocada e injusta expresión de comercio atípico, viven aquí, en Melilla, y no se dan cuenta de que estas palabras asociadas a Melilla, no favorecen ni son recomendables para el buen nombre de nuestra ciudad.

En realidad, ¿qué tenemos?… ¿un comercio atípico?… o más bien una frontera atípica. E incluso desde una perspectiva más real y confesando la evidencia, lo que tendríamos es una ciudad atípica.

Melilla la atípica, con sus cuatro culturas y cinco comunidades, (la gitana también cuenta) saturada de cuestiones y expresiones poco propicias, muy negativas, que le dan una fea imagen, como inmigración clandestina, pateras, salto de la valla, subsaharianos penosamente enganchados a la valla, menores extranjeros no acompañados, tutelados por la Ciudad, abarrotando y deambulando por la ciudad (que no paran de crear problemas), lugar de tránsito de drogas, terrorismo islámico, corruptelas, fronteras horrorosas, reivindicaciones territoriales de Marruecos (Melilla ocupada, menos mal que quitaron el puñetero cartelito de la frontera), operación estrecho (en el mar no es tan estrecho, pero en la frontera es una arteria cargada de colesterol, súper estrecha) fracaso escolar, parados a gran escala de eterna duración, pobreza afectando ya a demasiadas familias, etc. etc. Vaya currículum. No falta de nada.

Sería irresponsable, imprudente y muy desaconsejable, por nosotros mismos (los melillenses auténticos) adjudicar la categoría de ciudad atípica a Melilla. No sería nada beneficioso y dañaría nuestra imagen, la de todos, frente al turismo (?), frente a las inversiones, frente a nuestra historia y frente al mundo. PUES IGUAL CON EL COMERCIO.

Resulta desagradable que, como premio, de remate, sumemos una más, comercio atípico. Esto es algo que molesta justificadamente, a muchos melillenses comerciantes, a los que se les debe respetar y daña y perjudica a nivel nacional, la imagen y la apreciación de una actividad económica básica y fundamental en Melilla, como es el comercio (pese a que el IPSI en Melilla se compense a través de una partida presupuestaria del Gobierno central desde hace años, como presume D. Juan José Imbroda – ¿hasta cuándo?)

PETICIÓN Y REIVINDICACIÓN
Por lo tanto y en consideración a todo lo anteriormente razonado, demandamos y reivindicamos a todas las personas de esta ciudad, con buen criterio, sensatas y responsables, la justa eliminación de la expresión comercio atípico, para referirse al comercio en Melilla, en general o el que tenga como destino final de los productos Marruecos.

Hacer especial petición de esta reivindicación, al Sr. Presidente de la Ciudad Autónoma de Melilla, D. Juan José Imbroda, como máximo representante institucional de la Ciudad, defensor de los intereses generales de Melilla, que debe cuidar y preservar la buena, adecuada, justa, favorable y beneficiosa imagen de Melilla, su comercio y sus comerciantes, que aportan actividad viva a la Ciudad, a su puerto, a las arcas públicas y a muchísimas familias de Melilla.

Sr. Imbroda, por favor, no denomine y califique a su comercio, el de su ciudad natal, comercio atípico, por coherencia y por respeto a esta actividad, a esta Tierra, y a estas gentes de su ciudad, que invertimos y trabajamos duro en Melilla. Identifíquelo como comercio tradicional, comercio de Melilla o simplemente comercio y no nos rebaje a la condición de "raros".

Melilla y comercio están íntimamente ligados históricamente. Los comerciantes de Melilla, compran en gran cantidad y atraen a muchos empresarios y empresas de España y del mundo entero, que visitan Melilla para conocer esta ciudad, que da mucha vida a sus empresas. Esto provoca que "la pequeña Melilla" se dé a conocer en muchas partes del mundo.

A Melilla llegan de todo el mundo, contenedores con cajas, sacos y productos etiquetados con el nombre de Melilla impreso, y el nombre de comerciantes y empresas de esta ciudad, que luego se distribuyen por todas partes. Publicidad gratuita y sin costes, turismo empresarial, factores positivos que hacen destacada a Melilla.

En cuanto al Sr. Barkani, máximo representante gubernamental de esta ciudad, paisano y vecino que tantas penas nos regala. Sea benevolente y no nos castigue sin piedad. No sea un verdugo más, de los tantos que nos amenazan y ofrézcanos ayuda y protección. Aparte de su mente, comercio atípico. Lo repite demasiado. No existe aquí ningún comercio atípico, más bien una frontera atípica. Agradeceríamos sinceramente que tuviese la amabilidad, por respeto o cortesía de tener en cuenta ésta reivindicación. También aprovechamos para pedir de su gentil elegancia como Delegado, que recapacite y reconsidere calmadamente su actitud frente a Acsemel. Estamos en el mismo barco y deberíamos remar en la misma dirección. Entérese, no somos para nada el enemigo. Despierte un poco a la realidad. Sea positivo. En Acsemel, existen simpatizantes y votantes de distintas opciones políticas. También del Partido Popular. Y no pasa nada.

Hacemos extensiva nuestra reivindicación, a los medios de comunicación, prensa, radio, a todos los partidos políticos y sus representantes, autoridades y en general a todas las buenas gentes de esta ciudad, que mencione el comercio de esta ciudad.

Aclarar que el mal llamado comercio atípico, de Melilla, y sus productos que llegan al otro lado de la frontera española, no solo engloba al comercio localizado en las inmediaciones de la frontera, sino también a muchísimos otros bastante más alejados de la frontera, así como a grandes empresas de ámbito nacional e internacional ubicadas en Melilla, y otras marcas y franquicias, cuyos productos se encuentran ampliamente distribuidos y a la vista en el comercio de nuestro vecino país.

Finalmente, Acsemel, agradece a todos este esfuerzo por renovarnos y mejorar y propone referirnos a nuestro comercio como comercio tradicional o simplemente comercio y enterrar para siempre la expresión comercio atípico.

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