"No todo lo que parece es". La defensa del principal acusado por la muerte del joven de 24 años de edad S.O.A. el pasado 24 de enero de 2015 asegura que T.M.A., sobre el que recae una acusación de asesinato, tenencia ilícita de armas y amenazas, nunca quiso acabar con la vida del joven y achaca su conducta de aquella noche a la larga adicción al consumo de drogas de todo tipo desde los 13 años de edad. Aquella noche, sostuvo el abogado y el propio acusado en su declaración, T.M.A. habría bebido hasta dos botellas de whisky y habría consumido 4-5 gramos de cocaína. Durante la presentación de su tesis al Jurado Popular, el abogado de T.M.A. indicó que el Ministerio Público no había sido "justo" con el principal acusado y comparó la calificación provisional de este juicio por parte del fiscal, con la que hizo la Fiscalía en el juicio en el que se declaró culpable a Juan Manuel Coronil.
El abogado defendió durante toda su exposición que la pistola que portaba se había disparado e incluso indicó se basó en la afirmación del jefe de los policías del Grupo de Homicidios. El letrado afirmó que no existe móvil previo como para que exista esa intencionalidad que sostiene el asesinato y asegura que fue una muerte por accidente dado que el principal acusado no conocía ni tenía ningún motivo para querer acabar con la vida de S.O.A.
"Enganche total" en 2009
El abogado sostiene que en 2008 el acusado sufrió una crisis personal muy grande que hizo agudizar su consumo de drogas por lo que ya en 2009 entró en una dinámica en la que desaparecía hasta cinco días de su casa para salir a consumir y beber en los bares, incluso el acusado explicó que apenas dormía y que había días en los que cerraba los club de alterne a los que iba y se quedaba durmiendo en el establecimiento hasta la mañana siguiente.
El acusado indicó, a preguntas de su abogado, que empezó a quitarle joyas de su mujer y venderlas para poder pagar las drogas que consumía, en las que llegó a gastar hasta incluso 90.000 euros.
La defensa intentó acreditar que había ingresado en el Comarcal hasta en dos ocasiones como consecuencia de su toxicomanía, aunque solo pudo certificar la segunda, cuyo ingreso fue con motivo de una crisis de ansiedad. Sin embargo, la fiscalía impugnó los documentos y el juez tampoco permitió que se aportaran en la vista.
