La pistola con la que acabó con la vida del joven S.O.A, es de fabricación americana y con munición de calibre 22, y la alquiló por unos tres meses con un silenciador por 700 euros. Aún así, explicó a preguntas de su letrado, que era la primera vez que la usaba y la disparaba dado que él no tenía conocimiento sobre cómo usarla. Sin embargo, reconoció que no contaba con licencia para tener armas, motivo por el que se le acusa, además de un delito de asesinato, de un delito de tenencia ilícita de armas, algo que el letrado de la defensa niega.
Tal y como adelantó MELILLA HOY, la defensa sostiene que el acusado, T.M.A. ,sufría de una paranoia de que alguien le iba a hacer algún mal, motivo por el que adquirió un arma y un perro de grandes dimensiones.
"Posiblemente" dicha paranoia, según indicó a preguntas del magistrado, también pudo ser a causa de que estuvo inmerso en el tráfico de drogas, negocio en el que temía por su vida.
Además, según explicó el propio acusado, otro de los motivos fue porque estaba todo el día en la calle consumiendo alcohol y drogas.
La pistola con la que acabó con la vida del joven S.O.A, es de fabricación americana y con munición de calibre 22, y la alquiló por unos tres meses con un silenciador por 700 euros. Aún así, explicó a preguntas de su letrado, que era la primera vez que la usaba y la disparaba dado que él no tenía conocimiento sobre cómo usarla.
Sin embargo, reconoció que no contaba con licencia para tener armas, motivo por el que se le acusa, además de un delito de asesinato, de un delito de tenencia ilícita de armas, algo que el letrado de la defensa niega.
