El decano se despidió ayer de la temporada 2016-2017, tras perder nuevamente ante el cuadro burgalés, que se impuso en este tercer encuentro de la serie de cuartos de final por un rotundo 76-91. Sin duda, la baja a última hora de Oliver Arteaga, que se unía en la enfermería a Pablo Almazán, se convirtió en fundamental para un equipo que ya llegaba muy castigado por los problemas físicos y con no demasiadas buenas sensaciones de los dos anteriores partidos. El Melilla Baloncesto se despidió ayer de la temporada 2016-2017, tras verse nuevamente superado por el San Pablo Inmobiliaria Burgos, que se impuso en este tercer encuentro de la serie de cuartos de final por un rotundo 76-91. Sin duda, la baja a última hora de Oliver Arteaga, que se unía en la enfermería a Pablo Almazán, se convirtió en fundamental para un equipo que ya llegaba muy castigado por los problemas físicos y con no demasiadas buenas sensaciones de los dos anteriores partidos.
El primer cuarto se caracterizó por una gran igualdad, con alternancias en el marcador y con las defensas imponiéndose claramente a los ataques, tal y como reflejó el electrónico al término de los primeros diez minutos (17-16). Los locales llegaron a contar con una máxima de cinco puntos (15-10), con una buena aportación ofensiva de Marcos Suka y Massine Fall, autores de cinco puntos cada uno. Mientras, los visitantes dispusieron de una renta de tres (7-10). Álex Barrera cerró este acto con dos tiros libres convertidos.
El segundo asalto comenzó de forma inmejorable para los de Alejandro Alcoba, ya que lo hacían con un triple de Alfredo Ott. Este periodo resultó casi un calco al anterior, aunque con la diferencia de que los de Diego Epifanio, mediado este cuarto, tomaron la delantera y la mantuvieron hasta la llegada del tiempo de descanso, aunque hay que incidir en que, de la mano de los inspirados Filip Toncinic y Álex López, llegaron a marcharse de seis puntos (28-34).
La reacción de los azulones no se hizo de esperar y fueron capaces, con un parcial de 8-2, igualar el luminoso (36-36). Los castellano-leoneses se irían con ventaja al intermedio gracias a una acción de 2+1 de Goran Huskic, que fue contestada por Pedro Rivero con dos tiros libres convertidos (39-38).
Tras el paso por los vestuarios, la superioridad del San Pablo Inmobiliaria Burgos se hizo más patente, sobre todo bajo los tableros. De este modo, y ante un conjunto melillense no muy acertado desde el exterior durante buena parte de este tercer cuarto, los burgaleses dieron un importante arreón en el marcador, gozando de hasta diez puntos en el tramo final de este acto (49-59 y 51-61). Sin embargo, cuando peor parecían las cosas, los jugadores del Melilla Baloncesto se metieron de nuevo en la contienda con un inspirado Marcos Suka, que anotó los seis últimos puntos de su equipo -un triple y tres tiros libres- y colocó a los suyos a solo seis con aún diez minutos por disputarse (57-63).
En el definitivo cuarto periodo, los de Diego Epifanio controlaron en todo momento el ritmo del partido y supieron mantener las distancias en el electrónico. Además, mantuvieron la calma y no se pusieron nerviosos cuando el decano se situó a un solo punto (67-68), tras un esperanzador 6-0. En ese instante, emergió la figura de Mo Soluade, autor de 11 puntos en este asalto (tres lanzamientos desde la línea de 6’75 y un mate). Con 67-76, y a 5’38”, Alejandro Alcoba solicitó un tiempo muerto para pedir un último esfuerzo a sus pupilos, quienes lo siguieron intentando pero terminaron hincando la rodilla ante un San Pablo Inmobiliaria Burgos muy sólido tanto en defensa como en ataque, y que acabó venciendo por un contundente 76-91, con un parcial final de 0-8. Jorge Sanz, a tres minutos de la conclusión, anotó el punto 76 de los melillenses, que ya no consiguieron ninguna canasta más.
