Es curiosa la mala memoria del PSOE. Presenta unos lapsus que serían disculpables en cualquier persona centenaria, en una persona física claro, pero no en una persona jurídica como es un partido político. Pero lo más curioso de todo es que la memoria sólo le falla cuando pierde el poder. Viene este comentario a cuento de la última iniciativa socialista para exhumar los restos de Franco del Valle de los Caídos.
Ahora que están en la oposición y como parece que entran en fase amnésica voy a intentar recordar algunos hechos relativamente recientes pero que los actuales parlamentarios del PSOE parece que han olvidado. El primero es que el motivo de que Franco esté enterrado en la Basílica del Valle de los Caídos se debe a una decisión personal del rey Juan Carlos, Jefe del Estado en ese momento y que tenía, además de la potestad ejecutiva, la legislativa. En esas circunstancias los únicos que podían haberse opuesto eran sus familiares directos, concretamente su viuda y su hija, y no lo hicieron.
Hay que recordar también que nunca estuvo previsto que Franco iba a ser enterrado en el Valle de los Caídos, como lo prueba que el matrimonio Franco/Polo había comprado dos sepulturas en el cementerio del pueblo de El Pardo, donde por cierto está enterrada su viuda y que en las obras realizadas en noviembre de 1.975 en la Basílica para el acondicionamiento de la sepultura se encontraron unas tuberías que inundaron repetidamente las obras hasta que se modificó su trazado.
Pasan los años, se aprueba la Constitución, y en 1.979 se firman unos Acuerdos entre el Estado Español y la Santa Sede, que sustituyen al antiguo Concordato, y que en su artículo 5 garantizan la inviolabilidad de los lugares de culto. Años después, en octubre de 1.982, el PSOE con Felipe González alcanza el Gobierno y la mayoría absoluta del Parlamento y gobierna en España hasta 1.996. Y con Zapatero vuelve a gobernar desde 2.004 a 2.011 convirtiéndose así en el partido que más años ha estado al frente del Gobierno español. Durante todos esos años con el PSOE en el Gobierno hubo varias peticiones, fundamentalmente de IU y de ERC, para exhumar los restos de Franco pero no se tuvieron en consideración y tampoco se encontró ningún momento para llevarla a cabo, y desde luego no sería porque no se lo hubiesen recordado reiteradas veces.
No sólo eso, sino que el Presidente Zapatero y el PSOE en 2.007 consiguen sacar adelante la Ley de la Memoria Histórica, de la que además están muy orgullosos, y en la que no se olvidan del Valle de los Caídos ya que en su Art. 16 se dice textualmente:
«Artículo 16. Valle de los Caídos.
1. El Valle de los Caídos se regirá estrictamente por las normas aplicables con carácter general a los lugares de culto y a los cementerios públicos.
2. En ningún lugar del recinto podrán llevarse a cabo actos de naturaleza política ni exaltadores de la Guerra Civil, de sus protagonistas, o del franquismo.»
Y aunque esta ley en su conjunto, ha tenido muchas críticas, en lo referente al Valle de los Caídos creo que existe un consenso generalizado. Yo personalmente creo que la redacción del artículo 16 es perfecta por su precisión, concreción y contundencia. El Valle de los Caídos es un lugar de culto, concretamente es una Basílica Pontifical de la Iglesia Católica y a la vez un cementerio público. Todos de acuerdo en este punto.
Pero según nuestra legislación al equiparar tan claramente el Valle de los Caídos a los lugares de culto y a los cementerios públicos, resulta que los únicos autorizados para remover a los difuntos enterrados en ellos son sus familiares directos y no los poderes públicos del Estado.
Llegamos a un punto sin salida. Los lugares de culto son inviolables y los que pueden autorizar los traslados de los difuntos son los familiares directos. El tema se ha cerrado. Se podría modificar la Ley, o intentar un acuerdo con los familiares pero desde luego las proposiciones no de ley como la recientemente aprobada no conducen a nada.
¿Pero entonces porqué el PSOE actúa así en la oposición? Es difícil saberlo. Descartado que sean fallos de memoria por demencia senil de un mas que centenario partido, sólo se me ocurre que quizás sea sencillamente uno de los síntomas del «Síndrome de abstinencia» de una de las drogas más poderosa que hay, el Poder, síndrome que ahora mismo está sufriendo el PSOE.
O quizás es sencillamente, una vez más, otra muestra de ese populismo para la galería a la que desgraciadamente nos tienen tan acostumbrados los socialistas sobretodo cuando no están en el gobierno.
