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Ingesa mantiene una total “transparencia” en el proceso para aclarar la muerte de la mujer embarazada

Francisco Robles y Pedro Villarroel (Ingesa)

Aseguró ayer el director territorial del Ingesa, Francisco Robles, que "no hay intento por ocultar nada" en el proceso abierto para aclarar las causas que llevaron a una mujer de 34 años y embarazada de seis meses, a que perdiera la vida tras haber si atendida en urgencias del Comarcal. No obstante, sí que considera que en relación a este asunto se ha vivido "un intento por socavar la confianza que hoy tiene el ciudadano en la asistencia sanitaria pública" por parte de personas interesadas. Francisco Robles dejó de manifiesto que "no hay intento por ocultar nada" y que la transparencia ha quedado demostrada cuando desde la Gerencia sanitaria se insta al juzgado de guardia al levantamiento del cadáver y a la autopsia para aclarar las causas. También dijo que se ha puesto a disposición de la familia la historia clínica una vez se ha recopilado toda la documentación que recoge la asistencia prestada tanto en urgencias, como en Ginecología y por el 061.

Aunque no quiso hablar de campaña orquestada, sí que considera que en relación a este asunto se ha vivido "un intento por socavar la confianza que hoy tiene el ciudadano en la asistencia sanitaria pública". Robles señaló que cada semana se producen miles de actos sanitarios en la ciudad que los profesionales "afrontan con excelentes resultados y plena satisfacción de los usuarios, pero eso no quita que ocurran eventos como estos que hay que investigar para depurar responsabilidades".

Relato
Por su parte Pedro Villarroel, gerente del área sanitaria de Melilla, realizó un relato sucinto de los hechos sin poder profundizar demasiado para no contravenir la ley de protección de datos ni interferir en una causa judicial aún abierta. Según explicó, a las 3:03 horas de la madrugada del día 12 de mayo acudió a urgencias del Comarcal una mujer de 34 años embarazada de seis meses. Once minutos después, pasó por el triaje y de ahí a ser atendida por el equipo médico del servicio, integrado en ese momento por dos médicos un residente. Tras ser examinada, la atendió el ginecólogo de guardia de presencia física que le practica "las pruebas pertinentes, incluyendo una ecografía".

La mujer quedó en "cuarenta minutos en observación con suero" y, posteriormente, tras mejorar, fue derivada a casa. Francisco Robles manifiesta que no tiene que poner en duda los motivos por los que un especialista decide que un paciente está para irse a su domicilio, y si adopta esta decisión es porque "está para irse a su domicilio".

Continuando el relato, a las 8:07 horas se recibe una llamada en el 061 y "seis minutos después, se le atiende (a la mujer) en su domicilio". Aclaró en este punto Francisco Robles, que lo que se busca en la atención domiciliaria es "estabilizar" al paciente antes de proceder a su traslado, de ahí que el 061 cuente con la presencia de un médico que en este caso miró "los antecedentes" y decide que "se le administre suero glucosado y se remontó la situación". Pero tras treinta minutos de intervención, "al ver que la atención sobrepasa" la que se podía dar en la casa, es trasladada al comarcal "donde se recibe una paciente en situación de agitación que entra en parada cardiorespiratoria".

En un intento por salvar la vida del bebé, se le practicó una cesárea de urgencias, pero aunque fue extraída con "algún sigo vital, fallece". En ese momento, al no tener constancia de las causas de la muerte de la mujer, se solicita al juzgado que proceda al levantamiento del cadáver y a la práctica de la autopsia. Eran las diez de la mañana del viernes.

Villarroel, que aclaró que aquella noche en urgencias "no había sobrecarga de trabajo", señaló que se han puesto en marcha las comisiones de investigación pertinentes para determinar las causas, entrevistando a todo el personal sanitario participante en la atención de esta paciente. Por el momento no se tienen las conclusiones, que se facilitarán a las partes interesadas llegado el momento, al tiempo que el propio Ingesa "depurará las responsabilidades oportunas".

Dos casos diferentes
Aseguró Francisco Robles que no son comparables el caso de Dina Mohamedi, la mujer embarazada fallecida, con el de la niña Naira que falleció a finales de enero. En el caso de la menor, según los resultados de la investigación realizada por Ingesa, "no hubo fallo de protocolo, ni de actuación médica; se actuó correctamente" y en el caso de Dina Mohamed, "aún no tenemos conclusiones". Reiteró que los casos "no son iguales, y debemos ser prudentes" mientras dure la investigación.

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J.A.M

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