Seis meses después de su partida, y tras volver a casa, se puede decir que ha sido una misión cumplida para los soldados melillenses, aunque ésta siga con efectivos de otros puntos del país para tratar de mejorar la seguridad en el mundo, algo que la inmensa mayoría de quienes vivimos en él anhelamos Ya están en Melilla los militares del quinto contingente desplegado en Irak, después de haber completado con éxito seis meses de misión en Bagdad y Besmayah. Han regresado a casa en tres rotaciones a lo largo de este mes, la última ayer en la Base Aérea. Como en las dos anteriores, la alegría y la emoción del reencuentro con los seres queridos marcaron esta vuelta a Melilla. Una alegría «ensombrecida», como ayer afirmó el coronel del Grupo de Regulares número 52, Ángel Castilla, debido al accidente que sufrió uno de los militares pocas horas antes de regresar a Melilla, mientras apuraban con actividades de ocio las últimas horas en Irak. Este miembro del contingente, un soldado primero de la ULOG 24, no pudo volver ayer con sus compañeros ni sus familiares pudieron recibirlo en la Base Aérea porque tuvo que ser evacuado con urgencia a un hospital de Alemania por su estado grave.
El accidente que ha sufrido el sargento primero, al que le deseamos una pronta recuperación, entristece esta misión internacional de enorme calado, que los militares melillenses han desarrollado desde finales del año pasado cogiendo el relevo de otras unidades del Ejército español. Pero no resta ni un ápice el éxito de la misión, para el que han trabajado duro nuestros militares desplegados a miles de kilómetros de sus casas, y con la que España demuestra su firme compromiso en la lucha contra la amenaza antiterrorista.
Un combate más necesario que nunca que hay que abordar sin tregua para acabar con la sinrazón de fanatismos y atentados que han acabado con la vida de muchos inocentes, intentando sembrar el miedo por todo el mundo, con el objetivo de acabar por la fuerza con el sistema de derechos y libertades que nos hemos dado entre todos los europeos, sirviéndose de forma espuria de una religión de paz como es el Islam..
España lleva años demostrando ese compromiso contra el terrorismo, y con la misión en Besmayah y Bagdad lo hace de la mejor manera posible, compartiendo sus conocimientos y brillante experiencia con el Ejército de Irak para dotarlo de una preparación y capacidades que le haga capaz de combatir y vencer al Daesh. Así lo han hecho nuestros militares desde su llegada a aquel país, alrededor de 200 procedentes de nuestra ciudad, con una importantísima aportación a las Fuerzas Armadas españolas.
Seis meses después de su partida, y tras volver a casa, se puede decir que ha sido una misión cumplida para los soldados melillenses, aunque ésta siga con efectivos de otros puntos del país para tratar de mejorar la seguridad en el mundo, algo que la inmensa mayoría de quienes vivimos en él anhelamos.
