Una vez finalizada la liga en la División de Honor Juvenil y la Liga Nacional Juvenil, esta última el pasado fin de semana, Ahmed Dris, uno de los técnicos del Rusadir Melilla, de la División de Honor, hizo un balance de la temporada y abordó diversos temas futbolísticos.
¿Cree que el equipo lo ha dado todo o ha pagado la novatada?
En general, estuvimos cerca de dar ese salto de calidad, aunque tenemos la sensación que pudimos haber dado más. Muchos jugadores nos han sorprendido por el crecimiento y el cambio impresionante que han dado, si los comparamos con los jugadores que eran al inicio de temporada. No creo que hayamos pagado la novatada por haber descendido, en fútbol base el principal objetivo de un entrenador es formar, sea a través de la competición o de los entrenamientos, no podemos equiparar el éxito sólo a las victorias o a los resultados positivos. Desde mi punto de vista, hemos tenido éxito en muchos aspectos de la formación, tanto técnico-táctica, psicológica y social. Hemos intentado inculcar valores como la deportividad y el compañerismo para ponerlos a la misma altura que los deportivos, y si así llegan otros objetivos pues muchísimo mejor.
¿Piensa que algunos jugadores no han tenido suficiente compromiso con el equipo y han pensado más en sus intereses, como por ejemplo en las Selecciones?
Bueno, este es uno de los grandes problemas que tenemos en nuestra ciudad. Por desgracia, está muy arraigada la creencia de que el éxito está relacionado directamente con la victoria, si no ganas eres muy malo, da igual en la categoría que compitas, sean categorías base o no. La competencia individual y del equipo se mide de forma independiente, y es este uno de los principales obstáculos que nos encontramos, una vez avanza la competición y no llegan los resultados. En muchas ocasiones son los propios jugadores los que engrandecen los objetivos y en la mayoría de los casos no se corresponden con la realidad, ya que se plantean objetivos inalcanzables o que no son acordes a la calidad individual o colectiva que tenemos por nuestras condiciones. Comienzan a desmarcarse y asumen un rol individual dentro del grupo, pasando a lo que yo llamo fútbol a la carta, hoy me apetece, mañana ya veremos, si gano voy, si pierdo, o para ser suplente, mejor me quedo en casa, falta de asistencia a entrenamientos con excusas banales o amparándose en la pérdida de tiempo para los estudios. En el tema de las Selecciones Autonómicas, existe la creencia que todos los ojeadores de España están viendo los partidos y que si lo haces bien durante 180 minutos vas a obtener un contrato con un gran equipo. Por eso, muchos se vuelcan en esos dos días, y dejan de lado durante un tiempo al equipo y a una competición en la que en realidad pueden ser seguidos.
¿Cuál ha sido su experiencia en la División de Honor?
Magnifica, ha sido una experiencia inolvidable, igual que dije que algunos jugadores habían crecido, puedo decir que para mí ha sido como realizar un máster. Creo que mi evolución como entrenador ha sido notable, competir con entrenadores que tienen, muchos de ellos, una gran reputación y experiencia, poder compartir muchas horas hablando de fútbol me ha enriquecido muchísimo. Esta competición está a las puertas del fútbol profesional y eso lo notas cuando puedes ver a tu próximo rival por Gol Tv, cuando visitas sus instalaciones deportivas, la profesionalidad de los cuerpos técnicos y los jugadores. Ahí te das cuenta de lo afortunado que eres de poder formar parte de todo eso, pero, por otro lado, te hace exigirte al máximo para poder estar a la altura e intentar trabajar dentro de nuestras limitaciones de una forma semejante a ellos. Muchas horas de trabajo, semana tras semana, planificar sesiones, muchas horas de video, analizar el juego de tú equipo y el rival, e intentar ir formándote a través de conferencias online y la lectura de libros.
¿Cree que en Melilla hay cantera para hacer un papel digno en la máxima categoría juvenil?
Partiendo de la base de que solo tenemos alrededor de las 150 licencias juveniles, es cuestión de estadística, es muy difícil que puedan coincidir varias generaciones a la vez, puedes encontrar varios jugadores que tengan un nivel superior a la media de Melilla, pero para competir se necesita que el número de jugadores sea muchísimo más alto. Todos los clubes, como es normal, quieren tener a sus equipos en esas categorías, es difícil poder formar un bloque que pueda competir de tú a tú, y más si esas fichas se tienen que repartir entre cuatro equipos, entre fútbol y fútbol sala. En mi opinión, otro inconveniente que se suma a esas pocas licencias, es que en la categoría juvenil tendría que ir existiendo una especificidad de los jugadores, todavía vemos como muchísimos jugadores van saltando del fútbol al fútbol sala o viceversa, una circunstancia que les puede beneficiar en aspectos técnicos, pero que dejan en su debe un nivel táctico muy bajo y una mala adaptación a los esfuerzos físicos, que son especificaos de cada modalidad.
Lo ideal sería tener un equipo en cada modalidad y reforzar de esta manera las ligas locales, que en estos momentos están a un nivel muy bajo. Conforme los jugadores van subiendo de categoría van perdiendo el interés por jugar. Si vas al Tesorillo es impresionante ver la cantidad de equipos que compiten, hay dos divisiones, pero una vez pasan a La Espiguera, desde infantiles, las competiciones empiezan a contar con menos equipos y pasamos a una media de ocho. Este es uno de los problemas en los que tenemos que trabajar entre todos, hay que analizar e identificar cuáles son los factores por los que los chavales pierden el interés por jugar.
¿Ha perjudicado el descenso del equipo de la División de Honor al de la Liga Nacional Juvenil?
No creo, al contrario, en verano se planificaron las plantillas de los dos equipos y se intentó tener un equipo competitivo en la División de Honor, pero sin debilitar demasiado al de la Liga Nacional. Además, hemos utilizado un gran número de jugadores, que han dado un gran resultado, porque han ido adquiriendo nuevos conceptos y experiencia en una categoría mucho más complicada. Lo que está claro, es que al descender el equipo de la División de Honor, el filial también descendió automáticamente, pero al final también acabaron la temporada en los puestos de descenso, aunque no creo que esto sea algo a tener en cuenta. Nos hubiera gustado, y por eso hemos trabajado, que se hubiesen mantenido los dos.
PLANES DE FUTURO
“Me gustaría seguir entrenado en categoría nacional”
¿Cuáles son sus planes de futuro para la próxima temporada, piensa seguir entrenando en categoría nacional?
Bueno, este verano voy a dar un paso más en mi formación como entrenador y tengo previsto realizar en Tenerife, en julio, el último curso nacional (UEFA PRO).
En lo referente a mi continuidad, puedo decir que he estado muy a gusto con el trato del club. No es algo que dependa de mí, pero espero que valoren el trabajo que he realizado en estas dos temporadas y me den la oportunidad de poder seguir un año más.
¿Es beneficioso, no a nivel económico, sino en el deportivo, que un equipo cuente con dos equipos en categoría nacional con los jugadores que hay en Melilla?
Como ya comenté antes, tener a dos equipos en la categoría nacional, independientemente que sean del mismo club o no, puede que en estos momentos no sea lo más adecuado, pero si como ocurre ahora y existe esa posibilidad, preferimos que pertenezcan a nuestro club, ya que nos da más margen de maniobra, ya que podemos contar con la totalidad de jugadores disponibles en esas categorías.
¿Quiere añadir algo más?
Me gustaría agradecer al club, en la persona de Yamili, y a la directiva (Yusef, Yamal, Fonta y Mimon) la gran oportunidad y la posibilidad que me dieron de poder hacer lo que me gusta, y más en estas categorías.
También agradecer a mis compañeros de equipo, Karim, Bena, Hinmi y Paco, así como a los entrenadores del equipo de la Liga Nacional, Karim ‘Boa’ y Yunes, que siempre han intentado ayudar al equipo. Y, por último y más importante, agradecer a los jugadores que han estado hasta el final, por su compromiso, apoyo, trabajo y creencias en lo que estábamos haciendo.
