El director del Instituto Nacional de Seguridad Social (INSS), José María Carbonero, habría convencido al delegado del Gobierno, Abdelmalik El Barkani, de que no es necesario que se investiguen cuántas bajas ha concedido Joaquín Martínez desde que está en el área de evaluación médica del INSS y las posibles irregularidades que se habrían cometido, algo con lo que este periódico no está de acuerdo, por lo que reclamamos al representante gubernamental que abra la correspondiente investigación sobre estos hechos. MELILLA HOY insiste por ello en solicitar de la Delegación del Gobierno que encargue las pesquisas necesarias para saber cómo entró a trabajar esta persona en el INSS, cuántas bajas ha dado –desde que accedió hasta ahora–, qué pasó con su mujer, etc., etc. Se hace necesario, por ello, que la Delegación pida los informes pertinentes para valorar la relación profesional y bien pagada de Joaquín Martínez, interino en el INSS desde hace muchos años.
Desde este periódico recalcamos que no se trata de una acusación generalizada contra todos los que forman el INSS en Melilla sino de saber las actuaciones de una persona que, según muchos testimonios, "ha hecho mucho daño injusto a mucha gente".
El propio Joaquín Martínez ha replicado a estas informaciones a través de Facebook, con insultos varios, y ha logrado recabar el apoyo de personajes como Mari Nieves Vida, imputada por su presunta implicación en la trama criminal del perfil falso Lisbeth Salander o de Julio Liarte, de triste recuerdo por su paso por la política llevado por el afán de venganza, ambos personajes más propios de la novela "La conjura de los necios" de John Kennedy Toole.
Por último, una pregunta a la Delegación del Gobierno: "Cuando se reincorporaron a sus puestos de trabajo Antonio Espínola primero y Antonio Gutiérrez después, tras ocupar cargos públicos, ¿a qué interinos desplazaron?". La respuesta es conocida porque los dos interinos que había, uno de ellos Joaquín Martínez, continuaron en sus puestos, duplicándose el número de médicos evaluadores de forma innecesaria e injustificada para una ciudad como Melilla.
