El magistrado del Juzgado de lo Penal número 1 de Melilla dictó ayer sentencia condenatoria para un joven por el delito de daños y de amenazas. El procesado reconoció que rompió el espejo retrovisor del coche del perjudicado y a los días le amenazó con una navaja. Un joven fue ayer condenado a cumplir la pena de un año de cárcel y a la multa de 1.080 euros por ser el autor de los delitos de daños y amenazas. Así lo reconoció el procesado ante el magistrado del Juzgado de lo Penal número 1 de Melilla a fin de llegar a una conformidad con el Ministerio Fiscal que le permitiera rebajar la pena.
El juicio comenzó a celebrarse en ausencia del acusado, ya que llegó a la audiencia con varios minutos de retraso. El primero en declarar fue el propio perjudicado. Según afirmó, el acusado le destrozó el retrovisor de su vehículo de forma intencionada en la madrugada del 1 de febrero de 2016. Explicó que su mujer le despertó al alertar que el encausado discutía de forma agresiva con su pareja frente a su casa. "Ella se asomó porque vivimos en un bajo y vio cómo rompía el retrovisor", expuso. "Me arrancó el espejo", sostuvo el testigo, aunque no fue él, sino su mujer quien vio cómo lo hacía.
Él y su mujer se encontraron al procesado en el Rastro a los pocos días después del suceso. "Nos sacó una navaja y nos dijo que nos iba a matar a mi mujer y a mí por haberlo denunciado", recordó.
La mujer del perjudicado, por su parte, aseguró al juez que vio "perfectamente" cómo el encausado se "ensañaba" con el vehículo. También coincidió con su marido al señalar que fueron amenazados por haberlo amenazado. "Estoy segura de que si un amigo suyo no lo hubiera detenido podría haber pasado una agresión grave", apuntó.
Según recalcó, ella y su marido no sienten ninguna animadversión hacia el procesado, pese a que "cada vez que nos ve nos insulta". Únicamente denunciaron para reclamar por los daños ocasionados, insistió.
Conformidad
El encausado entró en la sala después de que hubieran declarado los dos testigos. Lo hizo para aceptar una conformidad con el Ministerio Fiscal, lo que implica el reconocimiento de los hechos tal y como estaban expuestos en su escrito de acusación.
Aunque se le ha condenado a un año de cárcel, la fiscal no se opuso a la suspensión del ingreso en prisión siempre y cuando abone la responsabilidad civil, de 407 euros, y el pago de la multa. En el caso contrario se le revocaría la pena, tal y como le apercibió el juez. También le advirtió de que no podrá delinquir en el plazo de cuatro años. Si lo hiciera, también le sería revocada la pena.
