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El aula de taller del IES Rusadir, el camino hacia la integración del alumno extranjero

El profesor Ibáñez junto al alumnado del aula

El IES Rusadir inauguró ayer la exposición "Diez años construyendo" que recoge los elementos confeccionados en el Aula de Tecnología a lo largo del curso por un colectivo especial de estudiantes: alumnos extranjeros que han llegado a la ciudad de lugares tan lejanos como Palestina y que encuentran en el aula un vehículo para la formación, el aprendizaje del castellano y, por ende, una vía hacia la integración en la sociedad que les acoge. Finalizan el curso nueve alumnos de entre 12 y 13 años, la mayoría de origen marroquí pero han sido 24 los que desde septiembre han pisado esta aula práctica. Según explicó el profesor técnico José Luis Ibáñez, del departamento de Orientación del centro y responsable del área práctica del Aula de Atención Temporal, los alumnos a los que imparte clase son jóvenes que llegan del extranjero, chicos y chicas que ni siquiera conocen la lengua castellana y lo que se intenta es facilitarles las herramientas necesarias para su integración. Así, durante el curso, una profesora "les imparte las asignaturas comunes como son lenguaje, matemáticas, sociales e historia y yo me encargo de la parte tecnológica", explicó. Con esta formación se busca que el próximo curso estos jóvenes puedan acudir a clase con normalidad junto al resto de compañeros.

Taller
En el taller de tecnología "aprenden a utilizar herramientas, a conocer cómo se pronuncian, a desarrollar la imaginación y a elaborar proyectos", los mismos que desde ayer se encuentran expuestos en el aula y que a lo largo de esta semana conocerán el resto de alumnos del Rusadir en visitas guiadas. Aunque a lo largo del curso se han confeccionado cuarenta proyectos, la muestra la componen unos 24.

Los trabajos que se exhiben, a cuál más curioso y simpático, son ejemplos de la aplicación práctica en la vida cotidiana de leyes y principios físicos, como por ejemplo la utilización de la energía calórica para mover objetos, o la utilización de poleas y motores para que gire una bola de discoteca. "Lo principal es que los alumnos disfrutan y aprenden". Todos los proyectos "tienen su mecanismo de funcionamiento para desarrollar una función, y lo importante es que los alumnos, que son activos, desarrollen su imaginación" en la confección de estas ideas. El trabajo lo realizan en equipo, "para que aprendan a compartir". Afirma, tras la experiencia de años, que se logra una "integración prácticamente total" de estos estudiantes en el centro y que "se adaptan sin problemas".

Este año han pasado por el aula hasta 24 alumnos, pero sólo 9 concluyen el curso. "Hemos tenido a alumnos sirios pero están como mucho tres semanas y después se marchan de Melilla". Los que quedan actualmente, salvo un joven palestino, el resto son chicos y chicas de entre 12 y 13 años de origen marroquí que llegaron a la ciudad sobre el mes de octubre. Asegura José Luis Ibáñez que en los catorce años de vida del aula de atención temporal han pasado muchos jóvenes inmigrantes y afirma que con muchos de ellos mantiene una buena relación. Por ejemplo dijo que a menudo toma café con antiguos alumnos que en su día procedían del Centro Purísima que tras formarse, han conseguido un empleo e insertarse en Melilla.

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Jesús Andújar

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