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Vicente: “Joaquín Martínez me dio un trato prepotente, chulo e inútil”

Joaquín Martínez, según el paciente, no le hacía el reconocimiento, a pesar de venir así estipulado

Vicente, nombre ficticio de uno de los pacientes a los que atendió el doctor Joaquín Martínez Díaz como médico evaluador del Instituto Nacional de la Seguridad Social (INSS) en Melilla, ha denunciado públicamente el trato "prepotente, chulo e inútil" que le dispensó el médico interino. El melillense, que no da su nombre real para evitar represalias aunque adelanta que sostendrá todo lo que dice en esta entrevista ante un juez si fuera necesario, ha señalado que Joaquín Martínez no le hizo nunca un reconocimiento médico a pesar de que cada vez que le convocaban, en la misiva que recibía decía que le harían dicho reconocimiento. "No tiene ni puñetera idea, se asusta y se aturulla cuando ve a alguien pasándolo mal" ha asegurado, hasta el punto de que ha señalado que una vez que fingió sufrir un infarto, Joaquín Martínez "se asustó tanto que no atinaba a cogerme el pulso y no atinaba a ponerme el aparato de la tensión para tomármela". Por último, ha criticado además las distintas varas de medir a la hora de la concesión de la condición de baja por incapacidad laboral permanente y sugiere que la esposa de Joaquín Martínez pudo ser beneficiaria de una baja cuando el paciente reprochó que se dieran bajas por depresión y a él en cambio no se la concedieran a pesar de tener 27 enfermedades inhabilitantes, y que el médico le respondiera que "Es que lo de mi mujer no tiene nada que ver ahora". Vicente ha querido hablar después de conocer la polémica que rodea a Joaquín Martínez y lo hace en esta entrevista concedida a MELILLA HOY. ¿Cómo ha sido su relación con el doctor Joaquín Martínez en el Instituto Nacional de la Seguridad Social?
Uno de los días que fui me atendió Joaquín Martínez, acudí con la carta en la que me convocaban y le dije "mire usted, a mí no me pregunte cómo estoy, aquí pone que me van a hacer un reconocimiento. Hágamelo". Me respondió "no, es que eso es un formulismo, que viene así ya dictado". Le contesté que "me da igual que sea un formulismo, esto es un contrato y ustedes me tienen que hacer un reconocimiento". Sin embargo, ni me tomó la tensión, ni me tomó el pulso, ni me hizo un electro cuando yo estaba con un infarto. Me dijo que "no, lo que tienes que hacer es animarte y es pensar en trabajar". Yo le repliqué que: "Olvídese, yo vengo aquí porque en esta carta dice que me tienen que hacer un reconocimiento, no que me van a preguntar".

¿Qué ocurrió entonces?
Joaquín Martínez se aturulló y no sabía ni tomarme la tensión. A los 28 días me volvieron a llamar. Me llevó un amigo y subió conmigo (al INSS). Y me comentó Joaquín Martínez: "El venir con un abogado ¿es por algo?". Y yo le contesté: "Mire usted, yo no pregunto la profesión de mis amigos, simplemente pregunto: ¿Me podéis llevar?". Porque yo aún no estoy en condiciones de conducir ni de ir andando y da la casualidad de que el que me podía llevar era abogado. "No, es que como hemos tenido nuestras diferencias…"me manifestó Joaquín Martínez y le argumenté: "Pues mire, ya que lo dice, estoy hasta el gorro de que me llamen cuando hay una persona que ha estado dos años de baja por una depresión y eso es ilegal". Me respondió:"Es que lo de mi mujer no tiene nada que ver ahora", y yo le contesté: "Ah, ¿es que era su mujer?". Entonces fingí que me daba un amago de angina de pecho, cogí el tubito de las pastillas y simulé que cogía una y me la ponía debajo de la lengua.

¿Qué pasó a continuación?
Joaquín Martínez se asustó tanto que no atinaba a cogerme el pulso, no atinaba a ponerme el aparato de la tensión para tomármela… Solo me dijo: "Váyase a Urgencias que le vean porque así no podemos estar". Le rebatí señalándole que "la culpa la tienen ustedes porque no hacen más que llamarme cada 28 días, después de haber tenido un infarto". El doctor Martínez me alegó: "Es lo que marca la ley"y yo le repliqué:"Para unos la ley es muy estricta y para otros demasiado suave". Me dijo en ese momento que me fuera.

¿Qué sucedió en las siguientes consultas?
Cuando ya regresé, me atendió el otro médico interino, que por cierto es muy buen médico, y entonces nada más llegar me tomó la tensión, me hizo un electro, … Como yo me llevo muy bien con él, le pregunté: ¿Esto que me estás haciendo es por lo del otro día que yo discutí con Joaquín? Me respondió: "Esto es porque yo no quiero tener problemas contigo".

¿Qué ocurrió a partir de entonces con Joaquín Martínez?
Joaquín Martínez me ha estado huyendo desde entonces, durante toda mi baja, pero es curioso que yo haya estado de baja por depresión y la psiquiatra de Málaga — yo trabajaba aquí en Psiquiatría en Melilla y no quería que me vieran en la ciudad, para que no pensaran que habría una connivencia– me diagnóstico "Depresión grave: no se recomienda incorporación al trabajo".

En el INSS, en cambio, me dijeron que me tenía que reincorporar y yo les manifesté: "Vamos a ver, cuando es el infarto me decís que el informe del cardiólogo no importa, que lo que importa es lo que vosotros veis; ahora que tengo la depresión, me decís que el informe de la psiquiatra no vale". Yo les repliqué: "Me queréis mostrar los títulos de Cardiología y de Psiquiatría cada uno". Sabe que conseguí: que me mandaran a casa y pasara el tribunal.

¿Y el tribunal de médicos evaluadores del INSS qué decisión adoptó?
El tribunal me concedió la Invalidez Absoluta, a pesar de que Joaquín Martínez me dijera "bueno, eso de que vayamos a darle la Absoluta se verá". Yo le contesté que si no me dais la Absoluta iré a juicio porque si con 27 enfermedades no dais una Absoluta es que soy unos negados y porque además voy a decir que no me habéis hecho un puñetero reconocimiento médico desde que vengo y os voy a denunciar a todos por incompetentes.

¿Qué pasó después de ello?
El caso es que menos de 15 días después recibí la carta dándome la Absoluta porque con 27 enfermedades inhabilitantes, tres operaciones de circulación peritóricas, un infarto, con cinco pancreatitis,… es lógico que me la concedan. Estos hechos sucedieron entre 2007 y 2008.

¿Qué valoración hace del trato que le dispensó el doctor Joaquín Martínez?
Fue prepotente, chulo, inútil… porque no tiene ni puñetera idea, se asusta y se aturulla cuando ve a alguien pasándolo mal.

Ellos te piden los papeles de los especialistas pero luego no hacen caso a esos papeles, entonces ¿para qué me hacéis venir?

¿Cree que algunos médicos del INSS practican una doble vara de medir a la hora de evaluar a las personas que tratan para la concesión o denegación de la invalidez permanente?
Sólo hay que ver el caso del "chofer" de un conocido político de la ciudad, que por una desviación de la columna cervical le dieron la Absoluta y a los demás nos ponen todos los problemas habidos y por haber.

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Redacción

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