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Melilla no abrirá pisos de emancipación para los más de 150 MENAS que al año alcanzan la mayoría de edad

Daniel Ventura, consejero de Bienestar Social

El consejero de Bienestar Social, Daniel Ventura, confirmó ayer a MELILLA HOY que la Ciudad Autónoma no tiene previsto abrir pisos de emancipación a los que trasladar a los ex menores extranjeros no acompañados cuando alcancen la mayoría de edad. El motivo es que de los algo más de 150 que al año alcanzan los 18 años, la mayoría de ellos que han conseguido por su tiempo de estancia el permiso de residencia, se marchan de la ciudad. Otros, no han conseguido documentarse y unos pocos, apenas una treintena de chicos y chicas son enviados a centros y pisos específicos de la península para continuar con su proceso de integración. En opinión del consejero, la situación de Melilla es diferente a la que pueda darse en el resto del país en relación al tema de menores, tanto nacionales como extranjeros no acompañados. La razón está en la fuerte presión migratoria que padece la ciudad que se traduce en el hecho de contar con más de 500 menores extranjeros no acompañados en el sistema de protección. Por el contrario, en el resto de comunidades autónomas, los centros de acogida tienen un número muy reducido de acogidos y disponen además de pisos de emancipación para jóvenes que cumplen la mayoría de edad pero que tienen una capacidad de no más veinte plazas.

Centros peninsulares
Melilla no tiene previsto abrir pisos de emancipación atendiendo a las recomendaciones de los propios técnicos, según lo aseguró ayer a este Diario el consejero Daniel Ventura. "En Melilla no se pueden abrir porque lo que más le conviene a estos jóvenes, según los técnicos, es que puedan salir de su entorno para que tengan otras posibilidades y oportunidades". Por ese motivo la Consejería concierta desde hace años una serie de plazas en centros peninsulares para trasladar a jóvenes que ya han cumplido la mayoría de edad.
"Tenemos concertadas seis plazas para chicos ex tutelados en el centro de los hermanos de La Salle en Jerez. También contamos con doce plazas para niñas ex tuteladas en el centro de las hermanas Terciarias de Cádiz", dijo. Señaló que al año más de 150 jóvenes tutelados por la Ciudad Autónoma cumplen los 18 años y abandonan los centros de acogida, plazas que rápidamente se cubren, pero no todos estos ex tutelados pueden ser trasladados a estos pisos o centros de la península. Los motivos son variados. El primero es económico, porque "con la presión migratoria que sufrimos, con una media de 1.200 menores atendidos a lo largo del año, si a todos los que alcanzan la mayoría de edad se les enviara a estos centros, se nos desbordaría el presupuesto de la Consejería que también atiende a un volumen muy importante de familias sin recursos".

Otro motivo es que "hay muchos jóvenes que no permanecen en los centros el tiempo suficiente para poder entrar en el programa y documentarles, con lo que al cumplir la mayoría de edad podría disponer de permiso de residencia. No se quedan el tiempo suficiente, sino que prefieren irse a la calle, aunque después cuando llegan a los 18 años y exigen que se les dé la residencia".

Otra casuística que se da es que "la amplia mayoría de los niños que han permanecido en Melilla acogidos durante años, cuando cumplen la mayoría, lo que quieren es disponer de la tarjeta residencia para poder salir de Melilla y buscarse la vida tanto en la península como en cualquier otro país europeo donde tienen familiares o amigos". Este es el caso de los jóvenes que accedieron a la ciudad con documentación marroquí, como ocurre actualmente con la mayoría de los acogidos. "Lo que intentamos es que durante el tiempo de acogida, puedan recibir una formación y adquirir unas habilidades sociales y laborales que cuando se marchen con su tarjeta de residencia, al menos puedan aportar algo a la región a la que vayan".

Por todo ello, son pocos los jóvenes que pueden ser enviados a los pisos de emancipación, chicos y chicas "que tienen una trayectoria ejemplar a los que intentamos premiar enviándolos fuera para continúen con su formación y adquiriendo habilidades sociales que les ayuden a su inserción e integración".

Continúa el trasiego
"A lo largo del año algo más de 150 menores cumplen la mayoría de edad y salen de los centros. Creo que son más, pero es que también hay que pensar que muchos de ellos llegaron a Melilla con 16 o 17 años, por lo que en unos meses son mayores de edad. Los que tienen la residencia en este tiempo, se marchan y no a Marruecos con sus familias, sino fuera", reiteró. Estas bajas, indicó Daniel Ventura, no solo se cubren con rapidez sino que "entran más jóvenes de los que salen".

No obstante en un apartado en el que se incide con todos ellos, es el de la formación. "Se incide mucho en el tema educativo, tanto con los que tienen edad escolar como los mayores, a los que ofrecemos una formación prelaboral a través de cursos como el de mantenimiento de edificios, pintura, carpintería o el de guía, todo ello sin olvidar los módulos de alfabetización, porque si fallamos en el idioma, fallaríamos en todo el proceso de inserción. La intención es que al cumplir los 18 años puedan disponer de herramientas para desenvolverse", afirmó.

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Jesús Andújar

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