Un guardia civil fuera de servicio y de paisano que se hallaba en la cuesta de La Alcazaba fue clave para la detención del presunto autor del navajazo del sábado al ver correr al joven con manchas de sangre y dar aviso a las fuerzas policiales, que le detuvieron mientras se bañaba en la ensenada de los Galapagos intentando quitarse los restos de sangre de su cuerpo. El joven de 25 años detenido el sábado por la Policía Nacional como presunto autor del apuñalamiento de un hombre de 41 años ha pasado su segunda noche en los calabozos de la Jefatura Superior de Policía y está previsto que hoy pase a disposición judicial. Ambos son de Melilla.
Los hechos ocurrieron la tarde del sábado en la Plaza Menéndez Pelayo cuando supuestamente el joven agredió con un cuchillo al hombre, al parecer por "un ajuste de cuentas", ya que, según dichas fuentes, ambos ya mantuvieron enfrentamientos en el pasado.
El presunto agresor habría huido hasta una playa cercana, la Ensenada de los Galápagos, donde fue hallado en el agua con restos de sangre, mientras intentaba lavarse esas huellas que fueron claves para su arresto. Un guardia civil de paisano que se percató de los hechos fue el que dio aviso a la policía, según han informado a este periódico. La víctima, por su parte, está fuera de peligro tras ser atendido en primer lugar en la misma Plaza Menéndez Pelayo, primero por un ciudadano que le puso cortó la pérdida de sangre poniendole una camiseta en el cuello y luego por el servicio médico urgente del 061, y finalmente trasladado en ambulancia al Hospital Comarcal. La herida, a pesar de lo aparatosa que fue, no afectó a ninguna arteria vital por lo que el herido ingresó a las 20,15 horas en el centro sanitario melillense, donde recibió la correspondiente sutura, sin necesidad de ninguna otra intervención, y posteriormente fue dado de alta.
