Los comerciantes de la frontera nos han enviado un carta de respuesta que dice literalmente lo siguiente: "Desde Acsemel queremos aclarar una confusión y una equivocación planteada desde el periódico Melilla Hoy, en su sección de opinión-editorial de fecha 15 de junio del este 2017, titulada "La frontera es de todos", para el justo conocimiento de los ciudadanos en general. La consigna de los comerciantes, a la queja de que la "FRONTERA ES DE TODOS" a viva voz, en su marcha el pasado miércoles 14, reclamaba que esta frontera NO ES UN CORTIJO PRIVADO del Sr. Barkani, ni del Sr. Imbroda que adoptan sus nefastas e irresponsables medidas, sin tener en cuenta nada ni a nadie. Esto no es ningún coto privado de caza. Ese es el significado de LA FRONTERA ES DE TODOS.
No es cierto que " la frontera este monopolizada por un sector económico de la ciudad " como afirman en esta opinión. Anteriormente a la adopción de ésta última medida de restricción el paso de personas y vehículos dedicados al comercio, se permitía de forma estricta sólo desde las 7:00 a 13:00 horas. En total 6 horas para el comercio. Las restantes 18 horas del día (el triple de horas) el comercio está "fuera de servicio". Pero este simple y evidente dato, lo pasan por alto. Ahora lo reducen a 4 horas y además sólo de lunes a jueves. Cuatro horas al día para el comercio y 20 horas para lo que el aire caliente del verano circule de un país a otro. Este cuadro explica la verdadera monopolización de las que nos acusan:
(VER CUADRO)
Ciertamente escandaloso e inverosímil. 3 días al mes para el comercio y 27 días para reventar la paciencia del resto de usuarios en colas angustiosas.
Tampoco es verdad como señala la editorial que " la frontera este monopolizada por un sector económico de la ciudad". Nos gustaría saber cuáles son los otros sectores económicos de la ciudad afectados por el comercio transfronterizo. ¿La minería local, o tal vez la industria, o la agricultura y ganadería…?.
Nuestros comercios hermanos del centro de la ciudad , la hostelería o aquellos que puedan atraer a los turistas del país vecino aguantan su aguda crisis, sin que nada tenga que ver ni los porteadores ni los vehículos del comercio transfronterizo. Estos están relegados en sus carriles, separados de cualquier otro movimiento circulatorio fronterizo y no son los causantes de tantas colas, aglomeraciones y retenciones de vehículos. La verdad es muy fácil de ver.
¿Qué ocurre los viernes, sábados y domingos, cuando no existe este comercio u otros días festivos cuando no hay comercio?
¿Que nos encontramos para entrar a Melilla, los propios residentes españoles que volvemos a nuestras casas?
Colas infinitas, desbordadas, lentísimas, desesperantes, horas en espera garantizada. Esto afirmación no admite dudas ni discusión para quien de verdad sea usuario ocasional, o de fin de semana del paso fronterizo. Esto es igualmente extensible a los días normales por la mañana, tarde y noche sin ninguna presencia de vehículos del comercio fronterizo.
A la mayoría de los marroquíes turistas, nuestra frontera inteligente, simplemente los rechazan y les ordenan "media vuelta". Esto es la realidad y la estricta verdad. El Sr. Barkani y su equipo de colaboradores pueden contar e inventar todas las patéticas justificaciones que se les ocurra. Porque el reiterado tema de la machacada cuestión de seguridad también tiene muchas soluciones y respuestas. Pero ya no engañan más a nadie. Se acabó esta larga y descarada burla
Además, cada vez más, las clases pudientes del vecino país, esos turistas ya se han enterado de cómo se las gastan nuestras autoridades en materia fronteriza y aburridos, cansados, hastiados, enfadados y asqueados de tanto mal trato, no quieren repetir más, gracias a toda esta política errónea del Sr. Barkani, apoyada por nuestro presidente Sr.. Imbroda.
En resumen,
1. La frontera debería ser de todos, pero cada vez lo es menos
2. El comercio fronterizo no acapara esta agonizante frontera. Decir lo contrario es FALSO
3. No existen más sectores afectados, solo existe uno, con sus distintas modalidades y lo están ahogando
4. "La frontera es de todos y su funcionamiento costará mucho dinero público, que pagamos todos con nuestros impuestos", pero sin duda quien más paga dinero con sus impuestos y con diferencia somos los maltratados comerciantes recibiendo a cambio un servicio pésimo que no satisface ni de lejos a nadie.
Finalmente desde Acsemel, reivindicamos verdaderas inversiones del Estado, trabajo e interés para solucionar el problema tanto del funcionamiento de la frontera como del comercio, puesto que todo lo hasta ahora gastado en tan costosas infraestructuras sólo ha servido para dar una imagen estética en la arquitectura de las instalaciones, sin mejorar para nada la funcionalidad y óptima operatividad ni del tránsito fronterizo ni del comercio que lo están arrastrando a una ruina irreversible y con ello a esta herida y enferma ciudad de Melilla.
