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Otra afectada por Joaquín Martínez cuenta que fue “mal tratada” por el médico de la Inspección del INSS

Joaquín Martínez

Los afectados que se atreven a salir a la luz pública por la forma de proceder del médico interino evaluador del Instituto Nacional de la Seguridad Social (INSS) en Melilla Joaquín Martínez, van aumentando. MELILLA HOY trae hoy el testimonio de una nueva afectada que admite que padeció a esta "mala persona" y que no tuvo más remedio que acudir a los Tribunales de Justicia para conseguir reconocidos unos derechos que este facultativo le negaba, unos derechos que finalmente tuvo que lograr en los juzgados. Esta paciente se sintió "mal tratada" por el facultativo y fue testigo de ese mismo proceder con otros usuarios del INSS, como a una mujer con leucemia, cuando esta le dijo que llevaba tres años luchando contra la leucemia y él le respondiendo riéndose "y yo con la alopecia para toda la vida". "Fíjate cómo trata a la gente que comparó el cáncer de esta mujer con su caída de pelo" lamenta. Asimismo, y al igual que hizo un anterior afectado, criticó la doble vara de medir a la hora de conceder las bajas, sobre todo cuando se trata de sus familiares -si el anterior hablaba de la esposa de Joaquín, en esta ocasión se refieren también a una hermana del médico-, y admitió que estuvo a punto de llegar a programas nacionales de televisión como uno de Mercedes Milá para que investigara si se estaban regalando bajas. En este sentido, ha apoyado la petición de MELILLA HOY para que la Delegación del Gobierno e INSS inicien una investigación de oficio para saber si Joaquín Martínez ha cometido irregularidades en esta materia.

Esta paciente se sintió mal tratada porque asegura que durante el proceso que siguió para que le reconocieran la incapacidad laboral le llegaron a comentar una frase que no sabe si pronunció el propio Joaquín Martínez o su superior Antonio Espínola y que le dolió bastante: "Por mis cojones que esta tía no va a conseguir nada aunque el marido nos traiga el certificado de defunción" señala que se dijo. Esta frase, explica, puede dar una idea de lo que le hicieron padecer.

Sin embargo, asegura que mientras con ella "fueron implacables", hasta el punto de decir que ni muerta conseguiría el reconocimiento de la incapacidad, en cambio tiene conocimiento de que en otros casos "era muy condescendiente", sobre todo si se trataba de familiares directos.

Dio una baja a su hermana
"Me llamó un familiar de Joaquín -figúrate “el cariño” que le tendría- para contarme el caso de unas hermanas mellizas que trabajaban en un supermercado, en concreto por una de ellas, la de la zona de panadería, y que al estar trabajando ambas, no podían cuidar de su madre enferma " ha señalado. Al parecer, según este testimonio basado en la conversación con el familiar del médico, Joaquín Martínez le habría concedido la baja permanente a la dependiente de la panadería para que dejara de trabajar cobrando una pensión y así poder cuidar de su madre.

Sin entrar en sí la hermana era o no merecedora de dicha baja, sí contrapuso las facilidades con las que se trató a este familiar directo de Joaquín Martínez mientras a ella le hacían pasar un calvario. "Figúrate el esfuerzo que tendría que hacer esta mujer para coger una barra de pan" ironizó. "Pero sin estar operada ni nada, le dieron la incapacidad", le llegó a admitir otro familiar del médico evaluador, que la llamó para contarle lo que supuestamente hacía Joaquín Martínez.

La afectada por la forma de proceder de Joaquín Martínez asegura que no sólo a ella le trataba mal. Cuenta que fue testigo de como se habría mofado de otra mujer que sufría un cáncer en la sangre (leucemia) que acudió a la cita a la Inspección Médica. Supuestamente Joaquín Martínez "delante mía le estaba preguntando y escribiendo, y ella en un momento de la conversión le manifiesta "sabe usted que llevo tres años peleando con una leucemia" y él le replica riéndose "y yo con alopecia para toda la vida". Es decir, comparó su caída de pelo con el cáncer que estaba padeciendo esta mujer, fíjate la falta de respeto de este hombre".

En cambio, apunta que a una policía local de Melilla que fue detenida por presunto tráfico de drogas, antes de que fuera expulsada de la administración, "en dos meses le dieron la baja cuando para el resto necesitan un mínimo de siete u ocho meses, mientras te van citando y viendo". En este caso, indica que se acogieron a que fue transplantada de un riñón, algo que sostiene le ocurrió antes incluso de que fuera agente de la Policía Local, y "se agarraron a eso para darle la incapacidad" cuando cree que, teóricamente, no tenía ni que haber sido admitida para ingresar en el cuerpo policial por dicho transplante. También ha oído de otros casos en los que este médico, en un viaje que realizó junto con su mujer al desierto en compañía de otros dos matrimonios, presuntamente habría dicho a alguno de ellos: "preparad los papeles, que os voy a jubilar".

Entró en cólera
La paciente de Joaquín Martínez cuenta otro episodio muy desagradable que le ocurrió en una de sus citas cuando le insinuó sus distintas varas de medir. Así explicó que "como yo sabía el caso de su hermana y de un amigo mío, y me estaba poniendo pegas y me estaba desvalorizando la operación de la hernia del cuello, le dije con mucha prudencia, porqué él era el que tenía que escribir y catalogar, lo siguiente: "Con la cantidad de documentos que he traído -ningún médico decía que yo podía trabajar incluidos los de la Seguridad Social-, le dije con prudencia ¡qué mala suerte tengo y qué suerte tienen otros! Mira, entró en cólera: "¿Dime dónde? ¿A quién te refieres? Me estás acusando de prevaricación, me estás acusando de no sé qué… Estás viendo este despacho y estás viendo estos muebles, pues esta es mi casa, has venido a faltarme el respeto a mi casa". Le contesté: no chilles, que yo también tengo una buena garganta y voy a empezar a chillar yo también".

Ahora, tras conocer por el periódico que Joaquín Martínez ni siquiera tiene plaza fija y es interino, recuerda lo sucedido: "Decía que todo eso era su casa y ahora resulta que me entero que no era fijo, que está ahí interino".

Ello, no obstante, no ha minimizado el dolor que sufrió por el trato que le dio durante dos años este facultativo: "Me he tenido que recuperar psiquiatramente de todo lo vivido en este proceso con Joaquín Martínez porque estaba muy afectada" ha admitido.

El juez da la razón a la paciente
Todo su sufrimiento acabó cuando decidió acudir a los tribunales de Justicia tras las negativas de Joaquín Martínez y allí ganar lo que en derecho le correspondía. "En el momento en el que juez me dice que me da la pensión con la absoluta, acuerda que sea con carácter de retroactividad dos años atrás: figúrate lo que me han toreado esos dos años en los que mis enfermedades estaban más que demostradas, después de que me operara en dos ocasiones del cuello y del hombro, me realizaran seis resonancias, tuviera problemas de rodillas, se me rompiera el eje de la columna". Esta mujer ha señalado que "yo por fuera tengo una edad y por dentro mis huesos tienen otra". En este sentido, ha calificado lo que le ha ocurrido con ese hombre de "una injusticia total".

Para explicar que la primera que pierde con su jubilación es ella pero que si lo pidió es porque no podía trabajar más. "A mí no quería que me regalaran nada porque aún habiendo dado el juez la absoluta, cobro 1.000 euros menos al mes que en mi trabajo y me quedaban cinco años para jubilarme, ¡figúrate si he renunciado a dinero!".

Por último, ha criticado al tribunal médico del INSS y lo comparó con el tribunal de la inquisición: "son los tres médicos del INSS que se pondrán antes de acuerdo, otro es la mujer de Espínola, cuando creo que no puede haber unos cónyuges en el mismo tribunal, y el quinto era José Miguel Torres de Olóriz (anterior director provincial de Trabajo) y él (Torres de Olóriz) me decía que no entendía de medicina, que los demás le apuntaban que no tenías nada y por eso votaba en mi contra. Así tenían los cinco votos en contra mía. Esto ni la Inquisición".

La Justicia, sin embargo, dio finalmente la razón a la afectada y le concedió la pensión por incapacidad absoluta pese al trato que dispensó Joaquín Martínez a la afectada durante dos años que calificó como "auténtico calvario".

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Redacción

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