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Siempre con la Música

Está demostrado que la formación musical mejora la psicomotricidad, el desarrollo de las regiones del cerebro relacionadas con el lenguaje y las matemáticas y el aumento del rendimiento escolar, así como que el estudio de un instrumento potencia la disciplina, y cuando se hace en grupo desarrolla la autoestima y las habilidades sociales. Son motivos más que suficientes como para tener bien claro su importancia en las etapas en que se va configurando la personalidad de los jóvenes. Para muchos la música es el arte que consiste en dotar a los sonidos y los silencios de una cierta organización y el resultado de este orden resulta lógico, coherente y agradable al oído porque la música no sólo es un arte al que muchas personas recurren para llenar su vida de felicidad, sino que también existen acciones terapéuticas que utilizan la música como elemento y la musicoterapia es una de ellas.

Pero el término música va mucho más allá porque tiene su origen del latín "música" que a su vez deriva del término griego "mousike" y que hacía referencia a la educación del espíritu que era colocada bajo la advocación de las musas de las artes. Y si la música amansa hasta las fieras, tal como señala el dicho popular, más de un político la debería usar como terapia contra sus oponentes.

Lo cierto es que la actividad musical en la ciudad se prodiga, y mucho, a lo largo de toda la anualidad. De hecho, la incidencia de audiciones es tan numerosa que han sido varias las ocasiones en que los aficionados a una de las ramas del arte con más respaldo en Melilla, han llegado a quejarse por la falta de coordinación que con cierta frecuencia se produce entre las formaciones musicales locales provocando la acumulación de manifestaciones musicales en determinados fines de semana. Una situación que en muchas ocasiones se origina porque los conciertos procedentes de diferentes asociaciones, organismos o entidades están programados con meses de antelación y la falta de información entre ellos les impide coordinarse con la suficiente antelación.

La ciudad, en el capítulo formativo, cuenta con un cúmulo de enseñantes congregados en la Asociación Banda de Música, Orquesta Sinfónica y Coro "Ciudad de Melilla" con su Escuela de Música, el Conservatorio Profesional de Música de Melilla o la Escuela Municipal de Música y Danza, sin olvidar la oferta privada, como la Academia de Música Moderna Chamo Díaz, entre otras.

A su vez, la Consejería de Cultura tampoco trabaja en solitario para cubrir la demanda que genera el colectivo de melómanos locales. Asociaciones como Amigos de la Música y otras corales como la Polifónica Melillense o en el ámbito militar la Unidad de Música de la Comandancia General de Melilla contribuyen con sus aportaciones públicas a la oferta anual que requieren los melillenses.

El pasado domingo ofrecía un concierto con motivo del Día Internacional de la Música, el madrileño Javier Herguera, con implicaciones de gran valor pedagógico, denominado "El piano danzante", que contó con el apoyo de un narrador y de la danza de Merche Hurtado, en el que se escenificaron y se explicaron de forma global las obras de Manuel de Falla y las mejores composiciones de los maestros Turina y Albéniz. Una audición que deleitó a cuantos dirigieron sus pasos hacia el Teatro Kursaal para disfrutar del magnífico espectáculo.

Ayer y hoy, formaciones musicales pertenecientes a la Asociación Banda de Música, Orquesta Sinfónica y Coro "Ciudad de Melilla" finalizaban su colaboración por segundo año consecutivo con la Fundación Melilla Ciudad Monumental, en unas audiciones en el Hospital del Rey englobadas en el ciclo "El pueblo suena". Y es precisamente su presidente Sergio Rincón quien ha señalado que al margen del componente de satisfacción que aporta el arte de combinar los sonidos de forma agradable al oído, conlleva no menos beneficios a los más pequeños, "ya que la formación musical va ligada a la inteligencia en gran medida y agudiza en los niños la capacidad de memorización y la sana competitividad, en definitiva, la música ayuda a todo lo que tiene que ver con la inteligencia y con la memoria y además contribuye a mejorar la motricidad de los pequeños y los procesos cognitivos".

Está demostrado que la formación musical mejora la psicomotricidad, el desarrollo de las regiones del cerebro relacionadas con el lenguaje y las matemáticas y el aumento del rendimiento escolar, así como que el estudio de un instrumento potencia la disciplina, y cuando se hace en grupo desarrolla la autoestima y las habilidades sociales. Son motivos más que suficientes como para tener bien claro su importancia en las etapas en que se va configurando la personalidad de los jóvenes.

La música desarrolla la imaginación y la capacidad creativa, refuerza la memoria mediante la práctica instrumental y el canto, sirve de apoyo en el tratamiento de los problemas de lenguaje, ayuda a exteriorizar las emociones, facilita las relaciones sociales con los demás y un largo etc, que nos anima a reafirmar aquello de que no falte la música en nuestras vidas.

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