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Tribuna Pública

En sentido homenaje a nuestros Regulares: ¿Por qué son tan necesarios…? (I)

Cuando aún resuena en nuestros oídos el peculiar sonido de las chirimías, al paso de nuestros Regulares, los del “52”, los de Melilla, con motivo de la celebración de su CVI Aniversario Fundacional, afloran en mi mente preguntas (y respuestas) sobre la necesidad de contar en nuestra querida ciudad con una unidad militar tan especial…
Y claro, cuando hablamos de los Regulares…casi, casi, hay que ponerse firmes, pues no es ya sólo por sus ciento seis años de historia, que también; no es ya por el privilegio de contar en Melilla con la presencia de la unidad más condecorada de nuestras Fuerzas Armadas, que también (con sólo 106 años de historia, frente a magníficas unidades con las que “rivaliza” y que cuentan con una tradición de varios siglos); no es ya sólo por sus capas blancas y rojas, por sus correajes de fantasía, por su gracioso tarbush y su elegante paso regular frente a la tribuna…que también…
Sinceramente creo que la necesidad de contar con ellos, de contar con su presencia en nuestra sociedad melillense, trasciende a lo histórico y mucho más a lo externo; sin duda es en lo inmaterial, en lo místico, en lo que a la moral atañe, donde podemos encontrar esa justificación, si es que se puede hablar de justificación, en esta reflexión en “voz” alta.

Y es que esos hombres y mujeres, estas y estos regulares, hacen de su trabajo diario un verdadero rito vital; rito nada agradable, en ocasiones, o al menos, nada fácil de cumplimentar, pues como les infundió su Fundador hace ya más de un siglo, la instrucción y el adiestramiento intensos, de día o de noche, con frío o con calor, estaban llamados a conformar uno de los 3 pilares donde apuntalar esta ya legendaria historia de gestas y glorias que nos hacen sentirnos orgullosos de ellos.

Luchar vencer y resistir
saber morir y padecer
tal consigna ha de tener
el que me quiera seguir

Ver sus movimientos marciales, a la par que elegantes, nos da una buena muestra de lo que para estos Soldados de España representa la Disciplina, otro de los citados pilares, que se pone en valor, muy especialmente, cuando frente al enemigo o en la adversidad, el liderazgo eficaz y ejemplar surge como el potenciador más importante que cualquier grupo puede tener (no sólo en el seno de la institución castrense); disciplina, que en el caso de nuestros Regulares, es extrema, pero no falta de convencimiento, en pos de un fin común, nuestra Patria y lo que ésta demanda; nuestra Patria, representada en su Bandera, nuestra Bandera, la Bandera Española.

La Bandera Española ha de ser
defendida por mí al combatir
su presencia nos hará vencer
si juramos por ella morir.

Pero quizás lo que más pueda llamarnos la atención es la mirada; la mirada que se dedican cada uno de los componentes del Grupo de Regulares, terminada ya la parada militar, cuando el tiempo de asueto o de celebración llega; esa mirada del subordinado a su superior y viceversa, que denota una plena confianza del uno en el otro, esa mirada leal que fundamenta la fortaleza real de este Grupo y lo hace invencible, como tantas veces ha demostrado en el campo del honor.

Cuando me mandan luchar
soy ejemplo de leales
Soldado de Regulares
victorias a conquistar.

Especialmente emocionante es ver cómo los Regulares, con su corazón sobrecogido, suben las escaleras del Panteón de los Héroes en el Cementerio de la Purísima Concepción, camposanto donde se entrecruzan historias de verdadero testimonio de entrega a nuestra Patria, reflejado en muchísimas de las lápidas que siembran este campo de héroes, conocidos y ya legendarios, muchos de ellos, pero que reserva también su espacio de privilegio a los que no han trascendido de forma tan notoria.

Soldado de Regulares
la historia has de guardar
a sus gestas y sus glorias
has de dar continuidad.

Suben esas interminables escaleras mientras entonan su plegaria particular a quienes, con su entrega extrema, marcaron el camino a quienes les hemos sucedido en este siglo de historia; a quienes siempre tendrán en nuestros corazones el lugar del recuerdo y del respeto y admiración por lo que hicieron, por cómo lo hicieron y sencillamente, por el porqué de lo que hicieron.

A los que un día murieron
con valentía y lealtad
grita al cielo ¡viva España!
¡VIVA EL SOLDADO REGULAR!

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